El art Déco regresa a La Habana

El Art Déco surgió en el contexto de entreguerras, en un mundo donde el hombre intentaba abrirse hacia nuevos e inexplorados horizontes mediante los avances de la ciencia y la tecnología. De esta forma, germinó una expresión puramente ornamental, con amplios gustos por lo lineal, lo exótico, lo auténtico, a tono con los nuevos tiempos. Las clases dominantes encontraron un espacio de autentificación en el desarrollo de un arte de élite y para las élites.

El estilo dio sus primeros pasos en Francia, en la década de los veinte. Luego recorrería el mundo y poblaría las grandes urbes. Asimismo, recibiría influjos de múltiples fuentes, pero principalmente del fauvismo, art nouveau, cubismo, futurismo italiano, del estilo racionalista de la escuela Bauhaus; combinado con el arte primitivo oriental, egipcio, africano y americano.

“No es fácil definir sus principales características —argumenta Alastair Duncan, en la Enciclopedia of Art Déco—, porque el estilo atrajo una multitud de diversas y, con frecuencia, contradictorias influencias”.

”A partir de 1925, el creciente impacto de la máquina puede ser discernido en repetidas y superpuestas imágenes, o más tarde, en los treinta, por formas modernizadas derivadas de principios aerodinámicos. Todo esto resultó en una elevada amalgama de complejas influencias artísticas, descritas desafiantemente por una simple frase, el término art Déco”, agrega el especialista.

Por su parte, Fancy Susan Sternau en la obra Art Déco afirma que este estilo hizo la transición, en unos pocos años, de un primario estilo francés a un universalmente entendido símbolo de glamour. “Es un conveniente término usado para describir arte Decorativo en el período entre las dos guerras mundiales, y refiere a un estilo que es clásico, simétrico y rectilíneo”.

Luego de sus años de esplendor, este movimiento encontró su declive a partir de 1935 en las principales urbes donde antes tuviera un espacio providencial. La Segunda Guerra Mundial dejaría un mundo doliente y una Europa bajo escombros. Las mismas cualidades que hasta ese momento habían sido elogiadas, ahora obligaban a salir del escenario al art Déco. Se evidenciaba la decaída de un arte suntuoso, cuyos costos eran imposibles de sostener en tiempos de crisis. No obstante, la belleza de sus líneas perfectas, exotismo y grandeza le valieron para preponderar en la conquista del cielo.

HABANA DÉCO

La Habana es una ciudad Déco, como bien indica el título del investigador Alejandro G. Alonso. En la capital cubana, pese a su esencia ecléctica, podemos encontrar vestigios del reconocido movimiento artístico, incluso en los lugares menos esperados.

El art Déco arribó al país a solo dos años de realizada la Exposición de Artes Decorativas e Industriales Modernas en París. El estilo encontró un espacio en las diversas manifestaciones artísticas. Rápidamente su presencia se hizo extensiva en estructuras arquitectónicas como teatros, cines, hospitales, residencias, además de edificios de apartamentos y de oficinas.

Las revistas especializadas desempeñaron un rol trascendental en la asimilación de los nuevos códigos característicos del estilo, pues proporcionaron el escenario para su divulgación.

Según Alejandro Alonso, Pedro Contreras y Martino Fagiuoli (La Habana Déco), el estilo adoptó formas peculiares en Cuba, las cuales le permitieron diferenciarse de las otras de su tipo a nivel mundial; aunque algunos especialistas afirman que se desarrolló en el Caribe sin una estructura particular.

Gran parte de los motivos Decorativos, como árboles y aves, fueron contextualizados en sus expresiones cubanas. Aunque el mármol utilizado en las construcciones fue importado, los muebles, puertas, ventanas y demás elementos de madera se realizaron con caoba y cedro, especies autóctonas extraídas de los bosques de la isla. Empleado como Decoración arquitectónica, fundamentalmente a modo de relieve en las fachadas, tuvo gran aceptación en las viviendas de la clase media.

“La plena aceptación de los códigos del art Déco por arquitectos e inversionistas desde principios de los años treinta estimuló la difusión sin precedentes del estilo”, agrega Alonso.

En sentido general, el art Déco corrió por las arterias de la burguesía cubana, la cual no escatimó recursos para su costosa implementación; aunque, por otro lado, la clase menos pudiente pudo también, desde sus modestos ingresos, disfrutar de las maravillosas propuestas de este estilo.

El art Déco sirvió como punto de partida para la irrupción de los estilos que constituyeron las vanguardias arquitectónicas en Cuba y estableció la conexión entre los rasgos de la arquitectura tradicional y las nuevas formas emergentes.

A más de siete décadas de su llegada a la isla, La Habana fungirá este año como sede del XII Congreso Internacional de Art Déco, auspiciado por la Coalición Internacional de Sociedades Art Déco, el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba y el Grupo HabanaDéco.

Desde su primera edición, el congreso promueve la conservación y promoción del valor patrimonial del estilo arquitectónico a nivel mundial. En este sentido, el programa del simposio incluirá conferencias magistrales, recorridos especializados, talleres y otras actividades.