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lunes, 29 de diciembre de 2025

El enemigo de siempre

 Vale recordar que la Salud es una cuestión individual en primer orden, por lo tanto, en lo que seamos capaces de aportar desde nuestra condición de gigantes inteligentes se concentra también parte de la victoria...

José Luis Alvarez Suárez en Exclusivo 28/12/2025
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mosquito
No se trata de un cambio de collar y que el perro sigue siendo el mismo, pues en este caso el animal es otro: un insecto volador. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

El clima tropical de Cuba es el regalo perfecto para nuestro enemigo de siempre: el mosquito. Luego, más allá del espeso bosque o la extensa sabana, el insecto encuentra placeres en la llamada “civilización”, lo mismo en edificios multifamiliares que en centros de trabajo, comercios y hospitales. Ninguna región le es ajena; y si bien pudiera presumir su especie del don de estar en todas partes, en eso los humanos casi llegamos al mismo nivel. Reñido enfrentamiento, pues, representantes de cada bando compartimos espacios.

El diminuto intruso intentará posarse en la piel o la ropa de las personas para picar y tocar la sangre, su alimento preferido. Todo un paraíso corporal en el que la fuerza de una mano o una lluvia de repelente serían su única preocupación posible, mientras semejante acto de supervivencia cuenta como alarma permanente para la humanidad.

A finales del siglo XIX la epidemia de fiebre amarilla azotaba la mayor de las Antillas y el médico Carlos J. Finlay emprendió entonces una investigación que revelaría como agente transmisor de la enfermedad al mosquito Aedes aegypti. Al principio fue cuestionado su descubrimiento, pero muy pronto quedaron más claras las razones y el fenómeno al que nos estábamos enfrentando.

La Ciencia se encargaría de precisar más tarde que la cantidad de especies de mosquitos en el mundo supera las tres mil; que las hembras son las que succionan sangre con ayuda de una probóscide que inyectan en la piel, porque requieren de una alta cantidad de proteínas para poder poner huevos; y que por el contrario, los machos se alimentan de otro tipo de líquidos como néctar de frutas, flores y otras plantas, ganando incluso el calificativo de “polinizadores útiles”.

Aedes albopictus, Culex pipiens, Aedes aegypti, Anopheles quadrimaculatus... Entre nombres científicos todavía hay enigmas y muchísimo por conocer. En tanto, nos queda la certeza de la transmisión de enfermedades como dengue, zika, chikungunya...

Ahora que Cuba enfrenta una batalla contra ese tipo de arbovirosis, tal vez exista una mayor percepción de riesgo. Eliminar criaderos de mosquitos en las casas, instituciones y otros inmuebles es posible; limitar su estancia en esos espacios ya es más complicado; evitar que nos pique es cuestión de suerte; erradicarlo por completo es una utopía.

En una sociedad que enfrenta afectaciones con el suministro de agua a través de redes hidráulicas, pululan en los hogares depósitos con el líquido: un tanque, un cubo, una olla... En donde apreciamos la memoria familiar y tenemos fe, el vaso y el agua o el búcaro y la flor natural son ofrendas diarias. Refrigeradores y aires acondicionados también como resultado de su actividad dejan pequeñas cantidades de agua que al acumularse pueden generar criaderos. Si no hay abate para echar a los depósitos, mantenerlos tapados, quizás sea suficiente; así como cambiarles el agua y limpiar periódicamente otros de menor tamaño.

En una sociedad donde aguas limpias o negras quedan casi inmóviles en algunas calles, donde llueve y profundos baches simulan piscinas eternas y los basureros crecen mientras la yerba cubre los bancos de un parque, una lucha así se vuelve desigual. Si el interés fuera determinar un culpable, comenzaríamos por decir que es deficiente el trabajo de las empresas encargadas de los servicios comunales y que otras cuya función es atender las obras sanitarias o hidráulicas desempeñan con demoras su labor y no con la calidad requerida, y que son peores las acciones para el arreglo de calles. Si el interés fuera justificar, con elementos verídicos, inclusive, diríamos que las limitaciones económicas y la escasez de capital humano para cumplir con esas tareas no está a favor de nosotros. Pero si los responsables por aquella parte no tienen derecho a despojarse de sus culpas, menos aún podemos olvidar el rol de ciudadanos.

Hay más basura como sitio perfecto para criaderos porque no reciclamos las botellas y latas de cervezas y refrescos. La yerba se apodera del barrio porque cada vez importa menos ese espacio común, y cuesta que un trabajo voluntario entre vecinos sea espontáneo. ¿Por qué trabajadores de una empresa productora de bienes y servicios debe liberar de maleza un parque rodeado de edificios residenciales? ¿Por qué tiene un especialista en tecnología de los alimentos que cambiar su encargo social por horas de entrega a la Campaña de Fumigación?

Ausencia de compromiso social y déficit de personal calificado para tareas del área de Higiene y Epidemiología, de la Lucha Antivectorial. Para revertir lo primero ni siquiera hay una fórmula específica; para lo segundo, es probable que haya cambios tras una revisión actualizada de los salarios y de la correcta atención al profesional si por escasez de combustible no puede desarrollarse el tratamiento adulticida en la semana. La brigada de fumigación, de momento, puede transformarse en una brigada de Comunicación, por un tema de especial interés para la vida. 

En medio de un contexto epidemiológico difícil, vale recordar que la Salud es una cuestión individual en primer orden, por lo tanto, en lo que seamos capaces de aportar desde nuestra condición de gigantes inteligentes se concentra también parte de la victoria. El diminuto enemigo, que se hace enorme junto a las enfermedades que transmite, pretende ser desestimado, pero no permitamos que imponga su voluntad, por el bien de todos y todas.


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José Luis Alvarez Suárez

De Los Bungos de Cuba a la gran ciudad, de la Universidad de Oriente a la Universidad de La Habana o de la Radio y Televisión nacionales al Periodismo Hipermedia. Estamos aquí y ahora con la motivación principal de captar y contar las esencias del proceso de Formación Vocacional y Orientación Profesional en la sociedad cubana. Marcan nuestra agenda las historias de superación personal, las verdades sobre el estudio, profesiones y oficios, y mercado laboral. Para el intercambio puede comentar los textos, escribir al correo jose.luis@cip.cu y seguir las cuentas en redes digitales de la revista Cubahora y el proyecto Vocaciones Cuba.


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