domingo, 29 de septiembre de 2024

El regreso. Diario de un médico cubano en Perú (+Fotos)

Los cayos, las islas e islotes cercanos, la patria… La voz del comandante informando la inminente llegada. El aterrizaje virtuoso, un infinito y fuerte aplauso, los vítores a Cuba y al Perú. Ya estamos en casa...

Mario Héctor Almeida Alfonso en Exclusivo 27/12/2020
1 comentarios
Regreso-médicos cubanos-Perú
Acto frente al colegio médico. (Cortesía del autor).

Amaneció domingo, no hacía frío, la temperatura limeña era agradable y corrían las horas más aprisa en nuestras mentes que en el reloj, por el fantasma de emprender el mágico regreso.

A petición del embajador, debía participar en un acto que se efectuaría frente al Colegio Médico, organizado por miembros de la Sociedad de Peruanos Graduados en Cuba. Allí se les rendiría tributo póstumo a los 250 profesionales de la salud de la nación andina, fallecidos por Covid-19.

Al bajar al recibidor del hotel fui informado de que ya estaba listo un libro que recopilaba las veintisiete primeras crónicas de este Diario… publicado en Cubahora.  Hacía varias semanas que se manejaba dicha posibilidad, pero certeza absoluta no existía, menos aún con los cambios de fecha para nuestro regreso de última hora. Se me pidió, además, que participara el colega que había escrito el prólogo para la mencionada edición peruana.

Cercano a las nueve de la mañana nos reunimos en un hermoso parque a las afueras del Colegio Médico, con egresados de la ELAM, familiares de algunos de los galenos fallecidos, miembros de sociedades amigas de Cuba, nuestro embajador, otros integrantes de la misión diplomática, así como una representación de la brigada médica.  

Con las enseñas nacionales de ambos países, el homenaje a los colegas fallecidos y la entrega de un reconocimiento a sus madres allí presentes, comenzaba la actividad. Las palabras de estas mujeres fueron fuertes, el dolor por la pérdida… evidente. Hablaron de sus hijos, de los sueños comunes truncados, de su patria y la nuestra.

Pidieron perdón por la impersonalidad con que nos despedían las autoridades peruanas luego de seis meses de arduo trabajo. Se depositaron ofrendas en las fotos de los facultativos fallecidos, ubicadas en la cerca perimetral de la institución que, por cierto, no nos abrió sus puertas.

Algunas personas se acercaron y a nuestro paso comenzaron a gritar: “¡Gracias, Cuba! ¡Regresen! ¡Gracias por la ayuda!”. Esas expresiones genuinas de un pueblo son el mejor regalo, la mayor recompensa…

Las palabras finales fueron expresadas por el embajador cubano, que luego de leer un hermoso poema de Cesar Vallejo cargado de simbolismo, se refirió al trabajo realizado por la brigada cubana y sus resultados.

 …lamentablemente la profecía de Vallejo todavía no se cumple, como ha quedado demostrado durante la pandemia de Covid-19. Hay mucho de egoísmo y mezquindad entre una parte no despreciable de los círculos de poder, que impide la realización de la solidaridad universal. Pero hay una avanzada de hombres y mujeres, millones de individuos con gran entereza moral y la voluntad común de salvar vidas…

Jocosamente me comentó que quería ver mi cara y la del colega al descubrir la edición del libro. Para cualquier escritor, yo no lo soy, debe ser una satisfacción inmensa apreciar parte de su obra compilada. Se trata un parto, de algo que se engendra, crece y nace. La sorpresa fue maravillosa, aun hoy no lo creo, pero es un hecho:

En el Andino país, a pesar de las adversidades, vio la luz el libro “Diario de un médico cubano en Perú”, mi agradecimiento infinito para todos los que participaron en la ejecución de esta tarea.


Ejemplar del "Diario de un médico cubano en Perú, acto frente al colegio médico. (Cortesía del Autor).

A las 10 de la noche, entregamos un ejemplar del Diario… a cada uno de los colaboradores, montamos en el ómnibus y partimos hacia el aeropuerto. Para sorpresa nuestra, al llegar se nos informó que el vuelo previsto para las doce de la madrugada había sido reprogramado para las cuatro.

Debimos permanecer en el ómnibus durante cerca cuatro horas, hasta que comenzó el movimiento aduanal. Para ser justo con mis compañeros, debo señalar la falta de profesionalidad y de respeto de la funcionaria del Ministerio de Salud del Perú, encargada de nuestra partida.

La señora no perdió su tiempo… se mostró hostil, mal educada e intentó hacernos sentir mal. Esa parece haber sido su misión. Pero desconocedora de nuestra jocosidad y virtuosismo, tropezó una vez más con la vergüenza de los cubanos.

Pasadas las cuatro de la madrugada, despegábamos. Se escucharon las palmas de ochenta y cuatro cubiches. Atrás quedaban casi siete meses de entrega, de miedos, de aciertos y desaciertos, de historias hermosas y de otras no tanto… los amigos-colegas peruanos con los que luchamos cada minuto desde la llegada para ganarle vidas a la muerte.  Quedaba también el trabajo bien hecho, algo contra lo cual la mentira se estrella como el mar a la roca.


Barranquilla desde el avión. (Cortesía del Autor).

Vuelo tranquilo, cordialidad de la tripulación para con todos, escala técnica en Barranquilla, calor, intranquilidad por la demora, otro despegue exitoso. Solamente dos horas y algo más. Los cayos, las islas e islotes cercanos, la patria… La voz del comandante informando la inminente llegada. El aterrizaje virtuoso, un infinito y fuerte aplauso, los vítores a Cuba y al Perú. Ya estamos en casa.

Comenzamos a descender por la escalerilla trasera. Allí nos esperaban para el primer abrazo sin abrazo. Desde el chófer del ómnibus hasta el oficial de aduana fueron corteses y amistosos. Las palabras virtuales del presidente de la República en una gran pantalla pusieron punto final a la epopeya del regreso.


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Mario Héctor Almeida Alfonso

Médico cubano miembro del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias "Henry Reeve" que colaboró en Perú . Actualmente se encuentra en Mozambique en el enfrentamiento a la Covid-19.

Se han publicado 1 comentarios


Juan Carlos
 29/12/20 9:18

Que bien que se publicó un libro con estas crónicas, las leí casi todas pero igual me gustaría hacerme de uno de esos ejemplares. Bienvenidos a la Patria y gracias por las crónicas y por el orgullo que nos hicieron sentir.

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