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jueves, 3 de octubre de 2024

Felicidad al final de las vacaciones

La felicidad no se encuentra solo en el tiempo de ocio y recreación. Su secreto está en cómo nos relacionamos con nuestra realidad cotidiana…

Tayatne Torres Rodríguez en Exclusivo 31/08/2019
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felicidad
Se debe vivir y aprovechar cada momento positivo que venga

Finalizan las vacaciones, un tiempo de descanso y relajación para muchos. Ahora comienzan las clases o el trabajo. Y, aunque los hedonistas griegos opinarían que acaba el tiempo de satisfacción, puesto que para ellos la felicidad es equivalente a la obtención de placer, realmente no tiene por qué ser así.

La perspectiva hedonista defendía la idea de que a mayor placer, se obtiene mayor felicidad. Se centraba en la búsqueda del placer en el presente, y relegaba el pensamiento en el futuro a segundo plano. Para ellos la satisfacción se resumía a la totalidad de momentos de disfrute. Pero siendo honestos con nosotros mismos, esta visión es poco realista.

LA FELICIDAD ES MÁS QUE LA SATISFACCIÓN DE DESEOS INMEDIATOS

Aristóteles aseguraba que la felicidad no se alcanza con riquezas, honores, fama, o placer; sino que se obtiene mediante la práctica de la virtud. Planteaba que existen dos clases de virtudes, las relacionadas al carácter y las intelectuales. 

Tomando esta concepción como punto de partida, en psicología se comenzó a estudiar el tema hablando principalmente del bienestar subjetivo. Se estudió desde los juicios de satisfacción que tienen las personas respecto a su vida, y el balance entre lo positivo y lo negativo que los ha marcado, hasta el desarrollo de sus capacidades y su crecimiento personal.

Pero por mucho estudio y muchas teorías que se han planteado, la realidad objetiva es que pocos son capaces de sentirse felices. ¿Por qué será esto? ¿Será que la felicidad es tan difícil de alcanzar?

EXISTEN CONCEPCIONES PESIMISTAS SOBRE EL TEMA

El Monarca de Bután, una tierra ubicada al este del Himalaya, declaró que su gobierno no pretendía maximizar el Producto Nacional Bruto, sino la Felicidad Nacional Bruta. Allí, donde más de la mitad de la población era analfabeta, estableció su reino, el “reino de la Felicidad Interior Bruta”.

Muchos pensadores creían que este es el único modo de ser feliz. Giacomo Leopardi decía que la felicidad consiste en la ignorancia de la verdad. Carlo Bini coincidía en que la felicidad consiste en saberse engañar. A lo que el profesor Manuel Calviño añade: “en dejarnos engañar, pues bien que no hay mal que dure si no es porque cuenta con nuestra complicidad”.

Redundo sobre el tema ¿Por qué no somos felices entonces? ¿Será porque no nos dejamos engañar? ¿O será porque nuestra realidad no nos lo permite?

VIVIMOS UNA REALIDAD COMPLEJA

Los cubanos poco entendemos de concepciones hedonistas, ni siquiera cuando estamos de vacaciones. Aun en esos momentos tenemos que preocuparnos por el inicio del curso escolar, o de los papeles que debemos entregar tan pronto comience el trabajo. Cuando esperamos pacientemente el ómnibus (unos días menos pacientes que otros), no es tan fácil mantener las virtudes del carácter. A veces nos enfrentamos a una situación personal adversa, como el cuidado de un anciano, lo que es común dado el alto envejecimiento poblacional, y tenemos que poner en pausa nuestro crecimiento personal.

Vivimos con los ojos bien abiertos y los pies sobre la tierra porque en el mundo actual se lleva una vida agitada. Bajo estas condiciones ¿cómo podemos ser felices?

EL CAMINO A LA FELICIDAD NO ES FÁCIL

Aristóteles luchaba contra sus propios demonios, ni siquiera los hedonistas lograron captar plenamente lo que era llevar una vida feliz, porque el placer terrenal inmediato, causa solo eso. Se puede llevar una vida de placeres completamente vacía.

Martin Lutero, un monje alemán, dio a conocer en un mensaje contundente: “ni el Papa de Roma ni la Iglesia Romana poseen las llaves del cielo, ni los mercaderes de indulgencias pueden venderlas”. Las llaves del cielo, decía, están dentro de cada uno de nosotros.

Si se entiende al cielo como una metáfora cristiana para la aspiración de la felicidad, se puede entonces traducir: “las llaves de la felicidad están en nosotros”.

EL SECRETO DE LA FELICIDAD CONSISTE EN CÓMO NOS RELACIONAMOS CON NUESTRA REALIDAD COTIDIANA.

Podemos elegir buscar placeres momentáneos o vivir en la ignorancia, pero al final de nuestras vidas nos daremos cuenta de que todo ha sido tan banal que no ha merecido la pena.

Centrarse en el presente no es malo. Se debe vivir y aprovechar cada momento positivo que venga. Es inútil preocuparse por lo que hicimos mal o lo que no pudimos hacer. Hay una frase muy conocida, cuya esencia es “Si no puede hacer nada para arreglarlo, no hay motivos para preocuparte; si lo puedes arreglar, tampoco hay motivos para preocuparte”. También es en vano vivir pensando demasiado en el futuro. De este modo, nunca aprovecharás lo que tienes ahora.

No obstante, el futuro no se debe perder de vista. Se deben trazar metas a largo plazo, que lleven cumplir metas pequeñas y fáciles a corto plazo. Estudios demuestran que el cumplimiento de pequeñas tareas causa placer a la mente.

Rodearse de amigos o familia es aconsejable. Los vínculos afectivos íntimos, la sensación de que tenemos personas que se preocupan por nosotros y nos quieren, nos hace felices. No olvide su tiempo para estar solo, disfrutar de usted mismo y reflexionar. Todos necesitamos espacio personal para crecer.

Tener hobbies es otra buena forma de encontrar momentos agradables. Hacer ejercicios, alimentarte de forma adecuada y dormir bien son otras formas de añadir satisfacción a tu vida. Un estilo de vida saludable se corresponde con el aumento de energía y de calidad de vida.

No hay una fórmula exacta, ni pasos a seguir para alcanzar la felicidad. Al final, la felicidad no es más que una elección, y es una bien difícil de hacer, porque lograr ser feliz requiere muchísimo trabajo. Requiere una posición optimista (no confundir con inocente) ante esta vida llena de desavenencias y sobre todo, requiere de muchísima disposición para seguir intentándolo.


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Tayatne Torres Rodríguez

Licenciada en Psicología


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