Higiene y protección contra el ébola: garantía de su erradicación

Un esfuerzo poderoso y unificado…A la humanidad toda le hizo este llamado recientemente el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas,  Ban Ki Moon, para enfrentar una enfermedad que, aunque aqueja hoy a tres naciones del África Occidental principalmente, tiene una elevada letalidad y una rápida propagación.

El virus del ébola (EVE) tuvo su primer brote en este continente en 1976 y casi 40 años después vuelve a dominar esta región del planeta, cobrando alrededor de 200 vidas cada día, —de las cuales las dos terceras partes son mujeres—, y poniendo en riesgo aquellas que no por lejanas geográficamente pueden ser inmunes, pues los viajes de una nación a otra implican también su propagación.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que se necesitarían 1000 millones de dólares para combatir este virus y evitar su dispersión, por lo que naciones como Inglaterra, Estados Unidos y otras donaron grandes cantidades de dinero para apoyar esta lucha médica.

Cuba no puede hacer lo mismo, pero no titubeó ni un instante ante el llamado al esfuerzo poderoso y unificado y “donará” lo que mejor puede: el capital humano. Así lo hizo saber el Ministro de Salud Pública, el doctor Roberto Morales Ojeda, durante la recién celebrada Asamblea de la ONU, cuando anunció la conformación de una brigada de profesionales de la salud, dispuestos a prestar sus servicios en Liberia, Sierra Leona y Guinea.

De los 461 médicos y enfermeras que hoy reciben en la Unidad Central de Colaboración Médica y en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) la preparación necesaria para asumir este desafío, 165 partirán hacia Sierra Leona en los primeros días de octubre, convencidos de que la toma de las debidas medidas de protección contra el EVE será la clave para el éxito en su enfrentamiento y la garantía del regreso a Cuba, sanos y satisfechos, tal como se comentó este jueves en la Mesa Redonda "Un enemigo al acecho: el ébola".

El uso de la vestimenta protectora adecuada y el lavado de manos luego del contacto con cualquier enfermo o sospechoso del padecimiento asegurarán el no contagio y la posibilidad de continuar brindando atención médica en estas zonas, pues la vía de transmisión fundamental entre personas radica en el contacto o intercambio de los fluidos corporales como la saliva, el sudor, las lágrimas, la sangre, la orina, las heces fecales y el semen, entre otras.

No se cansa de explicarlo el doctor Jorge Pérez Ávila, director del IPK, pues el conocimiento amplio en torno a la enfermedad contribuirá a que se valore cada vez más el cuidado que debemos tener. “El ébola es una enfermedad mortal que, aunque ya no es directamente proporcional la cantidad de casos detectados con los fallecidos pues la brecha se ha distendido un poco, sigue causando la muerte de miles de personas. La nación más afectada es Liberia con un 52 por ciento de letalidad de 3280 casos reportados. Sierra Leona y Guinea Conakry registran  1940 y 1080 casos con un 30.9 por ciento y un 62.7 por ciento de letalidad, respectivamente”.

Pérez Ávila destacó que en pocos días el enfermo puede morir y a pesar de que durante el período de incubación (de 2 a 21 días) el virus no se transmite, esto sí sucede después, cuando aparecen los primeros síntomas, por lo que la vigilancia debe ser rigurosa.

“Mucho se investiga en el mundo para encontrar una vacuna, pero lo cierto es que no se ha obtenido, aunque los ensayos de diferentes terapéuticas experimentales no cesa. Solo podemos hidratar al paciente, cuidarlo, reemplazar la sangre que haya perdido y tratar de salvarlo aún cuando los leucocitos y las plaquetas descienden bastante, y los trastornos hepáticos y las hemorragias no se demoran en aparecer.

“La ayuda solidaria que Cuba brindará, tal y como lo ha hecho en otras ocasiones, conlleva la toma de conciencia de nuestros profesionales en lo concerniente a la asunción de conductas responsables de protección que los mantenga alejados del virus. Y como el éxito del enfrentamiento a este mal se basa en la prevención y protección, la vigilancia constante y rigurosa de quienes arriban a nuestro país procedentes de naciones africanas es esencial”.

El director del IPK reveló que en una sala especial destinada a esta función se han mantenido en observación 23 personas, de las cuales 19 ya han sido dadas de alta. “En Cuba no se ha detectado ningún enfermo de ébola, pero la cautela no ha faltado con las condiciones médicas que se requieren para ello y la vigilancia extrema en marinas, puertos y aeropuertos”.

No solo los profesionales de la salud que viajarán próximamente al continente negro a cumplir su misión médica contra el EVE reciben la preparación necesaria y los medios de protección a utilizar. La doctora Regla Angulo Pardo, directora de la Unidad Central de Colaboración Médica, enfatiza en que los más de 50 mil médicos que hoy brindan sus servicios en 66 países son atendidos y vigilados por el propio Ministerio de Salud, en especial los que se encuentran en naciones africanas.

“Quienes conforman esta brigada médica del contingente Henry Reeves, fundado en el 2005, han sido sometidos a exámenes médicos, han recibido la reactivación de una serie de vacunas y reciben preparación también en torno al paludismo, la malaria y otras enfermedades. Los cooperantes que en estos momentos están en esas latitudes son atendidos sistemáticamente y cuentan con los necesarios medios de protección para continuar trabajando sin poner en riesgo sus vidas”.

La teoría y la práctica caracterizan las sesiones de entrenamiento de los médicos que viajarán a África en próximos días, entre los que se encuentran pediatras, anestesistas, obstetras, cirujanos, epidemiólogos, enfermeros, y otros especialistas, añadió la doctora, quien además insistió en que todos han tenido experiencia en el trabajo en misiones anteriores, razón por la que han dado una vez más el paso hacia delante.

Y más de 2 millones de trajes protectores ha dispuesto la Organización Mundial de la Salud para el trabajo en África contra el virus del EVE, pero no solo su empleo asegura una prevención al 100 por ciento. Urge tomar en cuenta las medidas elementales de higiene que incluso en nuestro país, aunque no se haya reportado afortunadamente ningún caso de ébola, deben asumirse en tanto son la única carta de triunfo antes las enfermedades diarreicas y hemorrágicas como esta.

Al respecto, la doctora Rosaida Ochoa Soto, directora de la Unidad de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades,  insistió en la necesidad de reforzar estas medidas, sobre todo en esta temporada ciclónica en la que el calor y las frecuentes lluvias atemperan el ambiente a favor de enfermedades como el dengue, el chikungunya, el cólera y otras.

“Un correcto lavado de manos antes de elaborar y consumir los alimentos y luego de la manipulación de los desechos y de ir al baño, el consumo de agua hervida y clorada, el lavado de frutas y vegetales antes de ser consumidas y la higiene ambiental en el hogar, el centro estudiantil y de trabajo y la comunidad son elementales medidas de higiene que nos ponen a salvo de cualquiera de estos padecimientos.

“Los riesgos en casa pueden ser manejados con la realización del autofocal semanalmente, el tapado y la limpieza de los tanques, el uso del abate y el bactivec, entre otros requerimientos en los que se debe insistir, nos protegen del contagio”.

Asumir conductas responsables de protección y prevención nos mantendrán a salvo, y evitarán que en nuestro país continúen proliferando enfermedades y que aparezcan otras, como el EVE, virus que hay que mantener con más de un océano por medio.

Hitos de la colaboración médica cubana en el exterior.