jueves, 26 de septiembre de 2024

La educación superior, pilar indispensable

Hoy día es imposible ver a la universidad como un ente aislado y ajeno a los cambios que ocurren. Su desarrollo, además de depender de múltiples factores, influye directamente en la sociedad…

Cubahora en Exclusivo 17/02/2014
2 comentarios
Congreso Universidad 2014-Alma Mater
La Universidad, la sociedad y el gobierno deben formar un sistema que permita el equilibrio.

Pensar en la Universidad como un sitio donde se efectúa una recepción de información y contenidos por parte de un grupo de jóvenes sería reducir de manera drástica la función de esta identidad. Si los estudiantes son meros receptores sin la capacidad de criticar ni de producir un conocimiento autónomo, entonces la Universidad pierde su función social y deja de aportar nuevos elementos al desarrollo de un país.

La discusión sobre los contenidos teóricos y prácticos de la educación debe ser permanente, como lo es la dinámica social, productiva, cultural y política, más en un mundo en creciente internacionalización, donde los conocimientos juegan un papel fundamental al ritmo de las innovaciones de la revolución científico-técnica. La institución debe crear las herramientas necesarias para modificar la información recibida y no ser solo un enlace entre profesores y estudiantes.

Hoy la transferencia tecnológica nos parece una maravilla (y lo es), pero si esta información adquirida no es utilizada de manera pertinente y nos permite desarrollar una nueva tecnología acorde con nuestras necesidades, nos quedamos en la mera reproducción. En la educación superior debe existir una gestión que equilibre el conocimiento interno con el conocimiento externo; por ejemplo, si esta desarrolla internamente determinado producto sin tener en cuenta para qué será utilizado fuera de la institución, quiénes lo emplearán y cuál sería su objetivo, no solo sería un desastre para la sociedad, sino también para el Estado, el cual destinó una cantidad de fondos para el desarrollo del producto.

No es posible realizar un análisis sobre nuestra educación superior sin contar con la sociedad y el gobierno cubano; existe una interrelación entre los tres de manera que es imposible desligarlos. Cada uno depende del otro y a su vez contribuye al desarrollo del resto.

Entonces, ¿cómo entender una educación que sólo forme profesionales que se engranen en un sistema productivo sin generar resistencia y actitudes críticas?

La misión de la universidad debe estar orientada a la transformación no sólo del individuo sino de la misma sociedad donde se desenvuelve. No es posible culpar al sistema por lo que no se transforma desde la educación. Debemos apostar por mejorar la sociedad a partir del conocimiento que ella misma produce. De ahí su papel preponderante formando personas con mayor experiencia en la investigación. La educación superior debe repensar su misión para, entre tanta información, generar valor agregado en quienes acceden a sus programas, que asuman la información pero produzcan conocimiento de ella. De nada vale poseerla si no se puede discernir dónde está la calidad ni cómo llegar a un nuevo peldaño a partir de esta; la renovación de la información permite a su vez la renovación del conocimiento.

Debemos tener en cuenta que el conocimiento es un activo que con el tiempo aumenta y no se desgasta, pero puede desaparecer si una persona abandona la institución. Ese es uno de los grandes problemas que enfrenta nuestra sociedad y dentro de ella, la educación superior. Muchas veces un individuo con una investigación desarrollada con fondos del Estado deserta y con él desaparece todo el resultado de años, al cual luego quizás no puede accederse debido a las políticas de propiedad intelectual. O quizás esta persona sea uno de los grandes baluarte del conocimiento y sencillamente decide abandonar sin haber creado una obra donde desarrollase todo su capacidad cognitiva.

Pero este no es el único tipo de deserción que afronta el país; son muchos los jóvenes que con el conocimiento adquirido deciden probar fortuna en el extranjero y no le retribuyen al sistema todo el gasto que este realizó, lo que constituye una sangría tanto para el Estado como para la sociedad; al final de la jornada quien más se beneficia de un desarrollo intelectual son los propios individuos. Otros jóvenes se rehúsan a cumplir con el servicio social y comienzan a trabajar por cuenta propia, sin ningún vínculo con el Estado; es decir, otra forma de evitar el desarrollo del sistema.

La ausencia de un compromiso social y la pérdida de valores en el seno de la sociedad provocan el deterioro de un sistema que permite el equilibrio entre educación superior, sociedad y gobierno. Si uno de estos falla, el resto se desmorona.


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Se han publicado 2 comentarios


senelio ceballos
 22/2/14 8:48

Hola MICHELE!!!!...Debio agregarle..PERO, para que queremos tecnicos, ingenieros y cientifdicos?...Si desde el punto de vista Info-juridico-economico..estamos a nivel de HAITI!!! Ud dijo..aqui tenemos tela por donde cortar...Si, yo creo que si los administradores nos permiten podemos desarroolar este TEMA..Vivi PEDAGOGIA / 2013 del 3 al 8 de Febrero /2013..en los debates del palciuo de las convenciones y su alrededores!! Comenzamos?.. Mi primera preguntita... Cuantas escuelas y universidades/y/u/o centros cientificos-tecnicos hemos creados en estos ultimos 40 annos? ...que % son de leyes y jurisprudencia?.. Por favor..Mi email sceballos@yandex.ru..Pero prefiero aqui en cubahora!!! alla casi siempre esta saturado!! EL GUAJIRO PREGUNTON

Michelle
 17/2/14 17:09

Me parece muy interesante el artículo sobre todo porque tiene tela por donde cortar, es cierto que los universitarios deben influenciar sobre la sociedad,y qué estrategias trazar para esto? debemos pensar en ello, y si están reforzarlas

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