sábado, 28 de septiembre de 2024

Más allá de los anillos de boda

¿Casarse o no casarse? Esa es la interrogante que se plantean hoy muchas parejas cubanas...

Maylin Guerrero Ocaña en Exclusivo 25/06/2014
4 comentarios
Anillos de bodas para el matrimonio
¿Casarse o no casarse? vuelve la pregunta sobre el tapete.

Casarse o no casarse. Esa es la cuestión, la interrogante que se plantean hoy muchas parejas cubanas, sobre todo jóvenes, porque es el período en el que empiezan a formarse y consolidarse los proyectos de vida, los deseos de crear una familia. Algunos le restan importancia al acto de formalizar ante la ley la unión que mantienen con su pareja; mientras que otros eligen la ceremonia, los trajes, los anillos de boda…Lo cierto es que los jóvenes cubanos, independientemente de su estado civil, privilegian el estar enamorado como condición primordial para el éxito de la pareja.

Los tiempos que corren en Cuba evidencian que, desde hace años, nuevos tipos de vínculos  conyugales y las formas tradicionales coexisten. La idea del matrimonio formalizado como única vía de unión no predomina, y los valores tradicionales que permanecen en la sociedad lo hacen con una mayor flexibilización, a través de modos de relación no convencionales como las uniones consensuales: un estado conyugal donde dos personas conviven maritalmente en forma estable, sin que medie trámite legal que lo reconozca. 

En este sentido, los resultados del Censo de Población y Viviendas de 2012 siguen dando como tendencia que la población de 15 a 44 años, con vínculo marital, se ubica predominantemente en el status de unidos. ¿Pero cuáles son las causas que diseñan este panorama en nuestro país?

¿HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE?

Alina Menéndez siempre ha soñado con su boda. Escenas de telenovelas y películas alimentaron este deseo desde edades tempranas, y hoy que tiene 26, saborea con ganas de protagonizar pronto su momento, observando los álbumes de boda de las pocas amigas que han contraído matrimonio. 

“¡Claro que quiero casarme! Cuando encuentre a la persona adecuada, y exista la suficiente compenetración con ella como para tomar esta decisión. Es muy bonito dedicar tu tiempo a la organización de una ceremonia que recordarás por siempre. Además, creo que la unión de dos personas debe fortalecerse con el matrimonio porque le aporta a la pareja más seguridad, en cuanto a los derechos de cada miembro ante la ley. Es una costumbre que puede parecer a muchos una cursilería, pero no es así”, afirma.  

Ante la pregunta de si algún día se casaría, Carlos Martínez, de 21 años, asegura: “Por nada del mundo. La boda debe ser con una persona con la que lleve mucho tiempo, y ahora no estoy para eso. Yo salgo con mi novia cuando queremos, y si no, no nos vemos. Las responsabilidades son menos que si estuviera casado”.

La joven investigadora Yesenia González confiesa que estima sólida su relación de cuatro años, fruto de la cual nació una niña, y sin embargo, no está casada. “No considero que sea necesario casarse para consolidar una relación, ni para lograr la estabilidad ni la felicidad en una pareja. Quizás sí, en otra época cuando la sociedad tenía patrones más rígidos. Yo voy a hacerlo en estos momentos simplemente para formalizar una dirección, para hacer un trámite, y si no fuera por eso, seguiría igual que antes”, explica. 

Más distante en edad, Guido Arredondo, de 40 años, tampoco ha pensado en el matrimonio como una manera de confirmar el amor que siente por su pareja. “Uno puede vivir con una persona mucho tiempo sin necesidad de firmar papeles. Creo que es un ritual no acorde con estos tiempos que vivimos, y que además demanda de tiempo para trámites, la organización de la ceremonia, por más sencilla que sea, y mucho dinero, si quieres hacer algo más vistoso, con trajes, bufete, alquiler del local, luna de miel, y todo lo que lleva el casamiento”.

Opiniones que brindan respuestas sobre los porqués de este escenario que no resulta exclusivo de nuestro país, pues se asemeja mucho al que presenta la región latinoamericana.

RAZONES PARA NO DAR EL SÍ

De acuerdo con datos de la Dirección Nacional de Registros y Notarías del Ministerio de Justicia, en los últimos cinco años (2009–2013) se ha producido una fluctuación en el índice de matrimonios formalizados. Si en 2010 se casaron 76 135 parejas, por ejemplo, en  2012 registraron legalmente su unión 49 502.

Esta tendencia se sustenta en otras causas que muy bien reflejan en el libro: “Familias jóvenes cubanas. Pasos a su caracterización actual”, las investigadoras Adriana Elías, Ana Isabel Peñate, y Lisbet San Morales, del Centro de Estudios de la Juventud.  De manera general, ellas coinciden en que las condiciones actuales, en buena medida, están exigiendo que las nuevas familias no se guíen por un ideal típico y rígido de unidad familiar. 

Entre los criterios que a juicio de las investigadoras sustentan el incremento de este tipo de uniones en la sociedad cubana actual, se encuentran: las dificultades con la vivienda, que tiene consecuencias para la formación y organización de las familias jóvenes; la intención de evadir compromisos y responsabilidades domésticas, sobre todo en los más jóvenes; la idea de conocerse mejor, y la necesidad de realización profesional y de superación. 

Otros aspectos a tener en cuenta son los de índole económica. De acuerdo con las tradiciones prevalecientes en el país, la celebración del matrimonio conlleva, por lo regular, una serie de gastos que muchas veces no pueden ser asumidos por la pareja, y esto desestimula la realización de la ceremonia tradicional.

No obstante, si bien las uniones consensuales, libres o de hecho, constituyen una vía efectiva y aceptada por la sociedad para formar una familia, en medio de una modernidad que tiene como divisa el cambio, todavía muchas parejas unidas tienen como premisa la legalización del vínculo para concebir la procreación y alcanzar el reconocimiento social como familia.   

En ese sentido, las autoras del texto antes citado señalan que el interés por legalizar la relación de pareja -constatado sobre todo en las mujeres- reafirma la representación tradicional según la cual el matrimonio continúa garantizando una posición social definida externamente y ofrece mayor estabilidad, ventajas y garantías a sus integrantes. Por eso, todavía existen aquellos que siguen decantándose por la tradicional ceremonia, que incluye ese gusto por el propio ritual de la boda, con fotos, trajes, flores….

PREVISIONES MATRIMONIALES AL PIE DE LA LEY

Es indudable que todo el panorama descrito anteriormente no constituye algo negativo en sí mismo, porque es expresión de la flexibilidad y democratización que actualmente tienen las relaciones de pareja. Una situación que va aparejada con el desarrollo del pensamiento social, que ha dejado atrás concepciones conservadoras en torno al matrimonio.

Sin embargo, en la población cubana no existe mucha cultura y conocimiento respecto a los derechos, beneficios, y lo que significa estar legalmente casados. Por lo general, los jóvenes piensan que cuando no media un acto legal es más fácil y menos comprometedora la ruptura, e incluso algunas personas no oficializan su amor ante el temor de perder bienes individuales, como la vivienda, auto y equipos, como consecuencia de un divorcio.

El abogado Reinier Amarán comenta que, precisamente por las implicaciones legales que se derivan de formalizar la unión entre dos personas, muchas deciden no legalizarla, sin tener en cuenta las garantías que brinda el matrimonio formalizado como institución que promueve la ayuda y respeto recíprocos entre los miembros de una pareja.  

Explicó que el matrimonio, más allá de la consolidación de la pareja en el ámbito sentimental y emocional, es un acto que tras formalizarse legalmente conlleva una serie de obligaciones y deberes entre los cónyuges, y de ellos para con sus hijos, sí existen. Si se disuelve la relación, agregó, se mantienen determinadas obligaciones con los hijos referidos a la alimentación, cuidado y protección, y también con el excónyuge, en caso de incapacidad para trabajar.

De igual forma, Amarán señaló que ante la muerte de uno de los miembros de la pareja, el que sobrevive está protegido por la ley para el disfrute de algunos beneficios económicos o materiales.

Pero, ¿qué pasa cuando después de muchos años de relación “sin papeles mediante” la pareja se disuelve o fallece un cónyuge? ¿Existe algún amparo legal para los posibles herederos o afectados?

“En ambos casos, la figura jurídica del matrimonio no formalizado sitúa a la persona que no está casada legalmente en posición de reclamar el patrimonio al que podría tener derecho. Para eso debe probar ante el Tribunal la existencia de una unión consensual, basada en requisitos de estabilidad, singularidad, ser avalada por testigos, y con estos elementos lograr el reconocimiento de esa relación y que tenga el mismo efecto legal que una formalizada”, explica el abogado. 

Quizás por la existencia de esta opción legal es que muchos no sienten la necesidad de legalizar el matrimonio, pues saben que, en definitiva, las consecuencias de la unión siempre encuentran amparo y protección legal.  Sin embargo, cuando resulta necesario, los cubanos apuestan por su legalización, a través del reconocimiento judicial así como del matrimonio retroactivo.

Tal es el caso de Juan José Domínguez, trabajador por cuenta propia de 39 años. “Recientemente mi mujer y yo formalizamos el matrimonio con carácter retroactivo en una notaría, pero no por la importancia sentimental del susodicho papelito, solo lo hicimos por la importancia y la seguridad legal que implica estar casados legalmente, lo cual evita papeleo futuro, cuando uno quiere hacer determinados trámites”.

Entonces, ¿casarse o no casarse? Vuelve la pregunta sobre el tapete, pero ahora existen más argumentos para quienes vayan a decidirse por una u otra opción. La cuestión, ya está demostrado, va mucho más allá que unos anillos de boda.


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Maylin Guerrero Ocaña

Se han publicado 4 comentarios


Maura
 24/6/14 15:58

EL matrimonio tiene gran importancia desde el punto de vista legal, sentimental para la creación de una familia, si tienes hijos sin casarte es más grande los tramites para su inscripción y sí estas casada es menor, igual,igualmente son incomodos los trámites cuando uno de la pareja fallece.

Yango Rabí Romilio Rivas Herrera desde FB
 24/6/14 15:25

No se casen. El amor no depende de un papel

Doris Morales desde FB
 24/6/14 12:14

Y las que no son Cubanas tambien! Creanlo...

Longinos Castro desde FB
 24/6/14 11:55

Y los españoles también nos lo planteamos. El índice de natalidad ha caído en España aumentando alarmantemente la pobreza infantil. Más que en Cuba

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