Cuando era adolescente recuerdo que para mi grupo de amigos no existía mejor forma de distraerse que repetir cada semana la casi monótona salida: cine-Coppelia-malecón. Siempre que pedíamos permiso a nuestros padres el destino era el mismo: terminábamos sentados sobre el muro habanero que da al mar, al Morro y la Cabaña y compartíamos mentiritas o soñábamos con “creernos adultos”. Recuerdo que me fascinaba aquel enorme azul que devolvía latas, y todo desecho que le regaláramos.
Quizás por eso siempre he dicho que podría vivir en cualquier sitio, en cualquier ciudad, pero solo si esta es capaz de recordarme a La Habana…lo mismo que decir: si hay un mar cerca. Solo hay que tener un poco de tiempo para caminar por el malecón cualquier noche de sábado, y ese simple acto basta para encontrar a cada paso tantas historias, como personas diversas.
¿Qué cubano que ha ido a La Habana no tiene una foto en el Malecón? Al menos yo tengo varias guardadas, que cambian según la edad o el motivo de la salida, o el lente del fotógrafo. Y las conexiones con ese pedazo de Habana no terminan en los recuerdos personales de una gaveta o en gigas de una flash; ¿acaso no es cierto que son pocas las películas y novelas cubanas en las que no aparece una escena en el malecón?
Y eso tal vez ocurre porque Cuba es un archipiélago y esto implica que estamos rodeados de agua, de sal, de un Atlántico que muy pocos conocen de no ser por los mapas o por las historias de barcos que visitan nuestro malecón habanero. Lo cierto es que cada vez que vemos el mar cerca, sentimos el sabor extraño de ser cubanos. La Habana me sabe a sal, a gente buena que le pasa lo mismo que a mí cuando el otro día un amigo me preguntaba: “¿Qué quieres que te regalen por fin de año?”,y le dije casi sin pensarlo: “una noche en el malecón”.
Foto: Modesto Gutiérrez Cabo/AIN
Foto: Modesto Gutiérrez Cabo/AIN
Foto: Modesto Gutiérrez Cabo/AIN
Foto: Modesto Gutiérrez Cabo/AIN
MODESTO GUTIÉRREZ CABO
5/4/13 11:00
Gracias cariño por tan maravilloso trabajo y por haber seleccionado esas fotos que con tanta dedicación las realice un día como otro cualesquiera, sobre todo con la esperanza de que siempre sea un lugar para el buen disfrute y el sano esparcimiento soy de Cienfuegos y el nuestro lo cuidamos al igual que ustedes, caramba si todos los pueblos de Cuba tuviesen un pedacito como ese, creo que seriamos más románticos, gracias María, así también se llama mi querida madre, te diré que conservo muchas mejores fotos que esa, serán para otra ocasión y me acordare de usted, chao y mil gracias Maria
María del Carmen
27/12/12 13:16
Gracias a todos por sus comentarios... realmente es una suerte para mi vivir en Cuba, y dentro de esta tierra rodeada de agua, vivir en La Habana. Una de mis primeras obsesiones con el mar me llegó de vivir muy cerca de Cojímar, me encanta el azul de Cojímar, Hemingway, el Morro de La Habana, el de Santiago... las historias y libros de barcos y pescadores... Me parece muy buena la idea que sugirieron, voy a trabajar en un texto investigativo sobre el malecón habanero y se los regalaré por inicios de 2013... un abrazo de fin de año para todos... y regálense ustedes una tarde en el malecón antes del 31
carlos
24/12/12 17:01
Muy bueno el articulo , el malecon de la Habana es el mejor relajante que te puedas tomar
Janet
24/12/12 9:45
muy bonito el artículo María del Carmen, es cierto que cada habanero tiene varias fotos en el malecón y cada "no habanero", no puede dejar de hacerse una cdo viene a la habana, es q ese muro emblemático de la habana tiene su encanto, la brisa, el olor del mar.... a mi me encanta sentarme en el malecón. Coincido con Joel en lo interesante que podría resultar un trabajo sobre la historia del malecón, ojalá lo leamos por acá pronto.
Rosy
24/12/12 8:25
Este malecón que se extraña tanto desde fuera... ¡Es una tremenda suerte que nosotros podemos verlo desde dentro!
Arístides Lima Castillo
23/12/12 14:58
Desde este gélido rincón donde vine a vivir, ya por el resto de lo que me queda en este mundo, que es poco, no creo que haya algo que anhele más que volver a sentarme en el muro de El Malecón Habanero como hice una de las pocas veces que he podido visitar mi Habana preciosa. Suerte que tienes tú, María del Carmen, de tenerlo cerca.
Joel
23/12/12 10:20
Me gustó mucho el artículo, yo también tengo mil fotos en el malecón, me gustaría que se hiciera más investigación y pusieran datos curiosos sobre el malecón como los que estan debajo de la foto principal, un articulo sobre la historia del malecon sería muy interesante...
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.