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domingo, 6 de octubre de 2024

Vestir de naranja, un voto por la no violencia

En Cuba cada día se emplean recursos y energías en la lucha por la no violencia hacia la mujer...

Dorisbel Guillén Cruz en Exclusivo 19/11/2016
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No violencia contra las mujeres
La Revolución Cubana ha empleado recursos y energías en combatir cada día más la violencia hacia la mujer.

Y como las películas se parecen a la vida, la historia de Carmen y Antonio es ácida, aunque divierte al espectador.

“Carmen, a sus 42 años está casada con Antonio, que es su tercer marido. Tiene dos hijos de anteriores matrimonios, y ha ahijado a otro, fruto del anterior matrimonio de Antonio. Carmen trabaja como periodista. Intenta llevar su carrera con profesionalidad, sin descuidar su relación amorosa con Antonio, la organización práctica de la casa, las amistades ni las necesidades de sus hijos. En resumen, Carmen trabaja como un hombre, pero sigue representando el papel tradicional de la mujer casada.”  (www.lectulandia.com)

Sobre estos móviles se mueve la trama de un filme que, nos permite preguntarnos en la pantalla grande ¿Cómo ser mujer y no morir en el intento? Y es que más allá de los conflictos que encarnan Antonio y Carmen, más Carmen que Antonio, esta duda feminista se siente liberadora. Paradójicamente reconocer el problema empieza a desatarnos de sus redes, en este caso, la férrea violencia de género a que han sido, y aún son sometidas, las mujeres y las niñas.

Al abrigo de los tiempos que protagonizamos, muchos son los Antonios que embullen en el trabajo cada ápice de atención disponible, este a su vez lo recompensa con viajes, reuniones sociales, retos a su inteligencia y le permite el traspaso de la zona de confort que es el hogar fundado junto a Carmen. Aunque para ella palabras como confort son obnubiladas en el pluriempleo periodista - ama de casa.

Cuba no está exenta de los arquetipos postmodernos de macho y hembra.  Los escenarios  resultan disímiles; se tonifica tanto en contextos rurales, donde merodea el patriarcado y la visión del hombre como sustento económico de casa, como en zonas urbanas. En estas últimas, muchas féminas asumen su realización profesional, o trabajan incansablemente lejos de casa sin dejar de sentir el gran peso de labores hogareñas, o la responsabilidad emotiva de conflictos interpersonales y otras preocupaciones que se gestan puertas adentro.

Así, la Revolución Cubana ha empleado recursos y energías en combatir cada día más la violencia hacia la mujer.   

Cómo ser mujer y no morir en el intento es una película española de 1991 dirigida por Ana Belén. Está basada en la novela homónima de Carmen Rico-Godoy. ¿Cómo ser mujer y no morir en el intento? Podría ser una incógnita para estos días en que el machismo se toma su tiempo, a fuerza de un movimiento social en detrimento de la violencia sexista. ¿Cómo llenar tu corazón de delicias para el mundo aún cuando el mundo se muestra irreverente?

¿Cómo despertar los sueños, el aire, las estrellas y a las mariposas, a pesar de lo aguaceros, los terremotos y el odio? ¿Cómo avivar los aguaceros de la buena cosecha, los terremotos que mueven el mundo, el odio hacia los injustos, a pesar de los sueños, el aire, las estrellas, las mariposas que se supone lleves como atributo perenne?

De todo esto se nutre, quizás,  el día a día de una mente femenina. Las campañas actuales convidan a pensar, a reformularnos y reinventarnos dentro de un contexto que solo va a favorecernos por la acción propia de la mujer.  Por otro lado, si es que se elige el abrazo seguro y confiado del sometimiento, tampoco es que estemos hablando de mujeres menores, sino de aquellas cuyas armas son escasas para echar pelea y prefieren resistir, en lugar de erguirse como mástil ante las ráfagas de intimidación masculina.

Es por eso que la casa de Orientación a la Mujer y a La Familia cuenta con sedes en cada municipio del país a las que puede acceder cualquier cubana - aunque pocas se atreven a traspasar el umbral-.  Nai Abreu, miembro del secretariado que atiende la esfera ideológica en Santa Clara, dijo a Cubahora que en este municipio del centro de la Isla, es desplegado un amplio programa de apoyo a la mujer. Este incluye demostraciones en los diferentes bloques y delegaciones de la Federación de Mujeres Cubanas, para hacerle ver a las féminas cuando están siendo víctimas de violencia.

Debates, charlas e intercambios con afectadas por estas agresiones así como videoconferencias tienen lugar en focos diferentes. Pero estos días las funcionarias visitan la Asociación Nacional de Ciegos y Débiles Visuales, Asociación Cubana de Limitados Físico - Motores y entidades del sector militar, pero varían durante todo el año. Capacitaciones en las escuelas y con los consejos de padres sobresalen en la agenda del grupo inter-factorial que abriga la Casa...

La experta Laura Magda López Angulo propone una Guía metodológica para la asistencia a mujeres víctimas de violencia. En este estudio publicado por la Revista Científica de las Ciencias Médicas en la provincia de Cienfuegos la investigadora expresa a cerca del fenómeno:

“Es multicausal y sus repercusiones son sociales e individuales por lo que su abordaje debe ser multidisciplinar e intersectorial.  Es multidimensional por lo que su respuesta debe ser global, sistémica y holística desde la prevención, asistencia y protección hasta su recuperación.”

La misma autora refiere que en 1999 el Centro de Estudios de la Federación de Mujeres Cubanas “realizó una sistematización de 20 trabajos que abordan el tema de la violencia en Cuba en el período 1994-99, de ellos 15 son reportes de estudio o investigación, 2 memorias de talleres, y 3 informes de organismos que integran valoraciones sobre el estado actual de la problemática.”

Atendiendo a propuestas como estas toma diferentes contextos la intervención de las organizaciones nacionales y sus sedes a lo largo y ancho del país. Además las féminas son atendidas desde el punto de vista psicológico, para reforzar las herramientas personales que nos motiven a ocupar el lugar que merecemos en el barrio, la casa, los centros laborales y la sociedad a modo general.

En Cuba se han institucionalizados los Centro Comunitario de Salud Mental, estos brindan consejo asertivos a las familias identificadas con problemas de violencia en su seno y así lograr mayor calidad de vida para sus miembros. Entre otras actividades realizan sesiones psicoeducativas dirigidas al desarrollo de habilidades para la comunicación social.

En el caso específico del género femenino cada vez se imparten más cursos por parte de la FMC y la Casa de Orientación a la Mujer y a la Familia dirigidos no solo a elevar la cultura sobre el tema, sino a subir escalones en el nivel de escolaridad de las féminas. La creación de Grupos de ayuda, así como la identificación de grupos de riesgo por parte de un personal capacitado, aportan su granito de arena a la lucha por la convivencia en paz.

Además se ha buscado catapultar la imagen de la mujer como un ser social, apto para ejercer cualquier oficio y profesión, además de ocupar cargos. El objetivo es que seamos vistas como un ente transformador de la sociedad, que a su vez necesita espacio y apoyo,  y no solo como la madre de familia que ofrece constantemente su regazo a los demás integrantes.

Desde el punto de vista jurídico,  nuestra legislatura carece de leyes específicas contra la intrafamiliar,  doméstica, o sexual; no así en América Latina y el Caribe donde si está contemplado este gravamen referido a manifestaciones de violencia intrafamiliar.  Sin embargo, “nuestra legislación y política social ofrecen un marco, que aunque perfeccionable como todo sistema en desarrollo, garantiza el respeto de los derechos humanos de los miembros del grupo familiar”, advierte Patricia Gazmuri Núñez  en su tesis “Un acercamiento al tratamiento legal de la violencia intrafamiliar en Cuba.”

Especial repercusión tuvo el proyecto Todas contracorriente  en el que un grupo de artistas se unieron a  la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades (RIAM) para apoyar la causa femenina. Pero la labor es más amplia y sobre todo genera problemas científicos cada vez más visibles en el terreno de los estudios sociales.

“En el caso de Cuba muchas de las formas que adquiere la violencia contra la mujer no se practican, por ejemplo: la mutilación genital femenina, el tráfico de mujeres, el infanticidio femenino, el acceso diferencial a los alimentos, así como el control coercitivo sobre la reproducción ejercido tanto por individuos como por el Estado", ilustra la guía metodológica de López Angulo.

Algunas de estas manifestaciones son ajenas a nuestra cultura, pero en su mayoría fueron atenuadas luego del triunfo revolucionario de 1959. Las estadísticas actuales refieren la violencia intrafamiliar y laboral entre las que más sufren las cubanas y hacia allí dirige sus pasos todo un engramado legislativo, teórico y de accionar político.

Sin embargo, promotoras de diversos proyectos de igualdad, sostienen con tristeza que la gran parte de las mujeres que han sido maltratadas permanecen en silencio y un buen número ni siquiera es consciente de que ha estado bajo condiciones de violencia de género.

Otra estudiosa del tema, la camagüeyana, doctora en ciencias  Maribel Almaguer Rondón nos advierte que “la violencia es un  impedimento para el logro de muchas de las metas del progreso, una de las mayores amenazas para la salud pública en el mundo, un obstáculo para el cuidado temprano de la niñez, una barrera para la educación de calidad de niños y niñas y en general, para la creación de un  ambiente seguro para la población en su conjunto.”


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Dorisbel Guillén Cruz

Periodista


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