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lunes, 7 de julio de 2025

La obesidad es un peligroso factor de riesgo para enfermedades crónicas

La obesidad es uno de los factores de riesgo más amenazadores para el progreso de disímiles enfermedades crónicas por su relación estrecha con cambios metabólicos que perturban variados sistemas y órganos

Alberto Jesús Quirantes Hernández
en Exclusivo 07/07/2025
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La obesidad es un peligroso factor de riesgo para enfermedades crónicas
La obesidad es un peligroso factor de riesgo para enfermedades crónicas

En la medicina, un peligroso factor de riesgo es cualquier comportamiento, característica o exposición que incrementa la posibilidad de desarrollar una enfermedad o un trastorno de la salud. Ellos pudieran ser cambiables, como el moldo de vida, o no cambiables, como es la genética o la herencia. Un factor de riesgo se estima que es aquel que posee una relación fuerte con un incremento significativo de la incidencia de graves enfermedades, como diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer o enfermedades respiratorias crónicas. La aparición de diferentes factores de riesgo pudiera acrecentar el riesgo para la salud, haciendo que un individuo sea aún más sensible a desarrollar desórdenes.

Algunos patrones de factores de riesgo modificables incluyen el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, el sedentarismo, sufrir elevados niveles de estrés y una dieta poco saludable. Estas conductas no solamente incrementan el peligro de ciertas y específicas enfermedades, sino que además pudieran contribuir a una notable mortalidad y morbilidad en sentido general. La reducción o eliminación de dichos factores por variaciones en el modo de vida es uno de los pilares de la medicina de prevención, pues pudiera retrasar o inclusive preveer el comienzo de variadas enfermedades crónicas y optimizar la calidad de la vida.

Por otro lado, aquellos factores de riesgo que resulta imposible de modificar, como es el género, la edad y la predisposición genética, son asimismo considerados como amenazadores, no obstante, no puedan ser cambiados. A modo de ejemplo, los individuos con referencias familiares de cáncer o enfermedades cardíacas asumen un riesgo mayor de que desarrollen esas mismas situaciones. Si bien estos factores no pueden ser suprimidos, la temprana identificación de los mismos admite efectuar un seguimiento más estricto y asumir adicionales medidas preventivas, como son intervenciones médicas o pruebas de detección regulares, para disminuir los riesgos que pudieran estar asociados. Un factor de riesgo es cualquier elemento que aumente la posibilidad de un padecimiento y que, en numerosos casos, pudiera ser atenuado a través de adecuadas intervenciones.

 

Obesidad como un factor de riesgo

La obesidad es uno de los factores de riesgo más amenazadores para el progreso de disímiles enfermedades crónicas por su relación estrecha con cambios metabólicos que perturban variados sistemas y órganos. Es definida como un exceso de la grasa del cuerpo que se puede medir a través del índice de masa corporal y cuando este supera ciertos umbrales se eleva de manera significativa el peligro de padecer de graves condiciones. La obesidad se ha transformado en una epidemia en todo el mundo, y su prevalencia se ha incrementado de alarmante forma en los últimos tiempos, lo que ha conllevado a un aumento notable de padecimientos como la hipertensión arterial, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y determinados tipos de cáncer.

Una de las razones principales por las que la obesidad es tan amenazadora es su directo impacto en el sistema cardiovascular. La excesiva grasa corporal beneficia el depósito de triglicéridos y de colesterol malo (LDL) en la sangre, lo que ayuda a la creación de placas en las arterias conocida como aterosclerosis. Esto pudiese llevar a una disminución del flujo sanguíneo, aumento de la presión arterial y, en última instancia, a sucesos como accidentes cerebrovasculares o infartos al miocardio. Además, la obesidad ayuda al desarrollo de la resistencia a la insulina, lo que genera una serie de mecanismos que ayudan a la aparición de diabetes tipo 2, un padecimiento crónico y progresivo.

La vinculación entre un carcinoma y la gordura es también significativa. La obesidad está vinculada con un peligro mayor de diferentes ejemplos de cáncer, como el cáncer de colon, de mama, de endometrio, de esófago y de riñón. Esto es debido a que el excesivo tejido graso pudiera perturbar las cifras hormonales, en particular el de las hormonas sexuales, como son los estrógenos, que pudieran suscitar el progreso de determinados tipos de cáncer. Asimismo, la obesidad crea un contexto inflamatorio continuado en el cuerpo, y esto favorece la creación de tumores y el aumento de las células cancerígenas.

No obstante, los peligros coligados con la obesidad, este factor de riesgo es cambiable, lo que representa que pudiera prevenirse y tratarse con modificaciones en el modo de vida, como la práctica regular de actividad física y una dieta equilibrada. La disminución del peso corporal, aunque fuese módica, pudiera disminuir de forma significativa el peligro de propagar enfermedades crónicas vinculadas a la obesidad. Conjuntamente, el temprano manejo en el régimen así como en la prevención de la obesidad es posible que optimice de forma importante la salud en general, así como ayude a reducir la mortalidad y la morbilidad relacionadas con ella, y optimizar la calidad de la vida de los individuos afectados. Las políticas de salud pública y la toma de conciencia pública resultan esenciales para la batalla contra la obesidad y sus secuelas a nivel mundial.

 

 

 

 

 

 

 

 


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Alberto Jesús Quirantes Hernández

Profesor Consultante y Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Docente Dr. Salvador Allende en La Habana, Cuba.


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