Por: Javier Penalva
Tras pasar hace unos meses las pruebas y test previos del ejército de Reino Unido, los primeros robots T7 están listos para empezar a desactivar bombas en situaciones complejas. Lo harán con una peculiaridad única: su brazo robótico ofrece respuesta háptica avanzada al operador responsable de evitar que una bomba explote sin control.
Respuesta "háptica" para mayor precisión y seguridad
El ejército de Reino Unido ha recibido los primeros cuatro robots Harris T7 que forman parte del pedido de 56 robots que ha realizado a la compañía. Estos robots, que cuestan cada uno sobre el millón de euros, vienen preparados para mejorar la desactivación de explosivos con máxima seguridad en todas las situaciones.
El punto diferenciador de este Harris T7 está en su brazo robótico con seis grados de libertad. La mano robótica en la que acaba ese brazo estrena tecnología para ofrecer una respuesta háptica al operador que está manejando el robot. Ese feedback táctil lo obtiene directamente en la empuñadura con la que controla el brazo del robot.
El control que el operador tiene del escenario donde está trabajando el robot se alimenta también de las dos cámaras de alta definición que incluye. Una de ellas está situado sobre el brazo robótico, mientras que la general es de tipo PTZ, capaz de rotar tanto en vertical como en horizontal al tiempo que hace zoom de manera manual o automática. También incluye seguimiento de objetos.
El robot, con un peso de más de 300 kg, es capaz de desplazarse a una velocidad máxima de 6,5 km/h, y sus baterías le otorgan una autonomía de más de 8 horas de trabajo continuado. El trabajo de campo lo puede realizar en lo más diversos terrenos.
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