La mayoría de las especies de café silvestre del mundo tienen una alta probabilidad de extinguirse en las próximas décadas debido a las sequías más frecuentes y prolongadas, la pérdida de bosques y la propagación de plagas, según un estudio recién publicado en Science Advances.
Los hallazgos ponen de manifiesto la amenaza para la multimillonaria industria del café, dominada por dos especies: la arábiga (Coffea arabica) y la robusta (Coffea canephora). Mientras que la primera es sensible a las altas temperaturas, la segunda lo es a los suelos secos. Pero la diversidad genética de algunas de las 124 especies silvestres podría ayudar a los fitomejoradores a aumentar la viabilidad de las plantas comerciales ante el cambio climático."Algunas especies de café presentan rasgos que les permiten crecer en condiciones hostiles y más secas", explica el coautor del estudio, Aaron Davis, del Real Jardín Botánico de Kew, en Londres. "Pero si se empiezan a perder especies, se pierden las opciones de aprovechar esos rasgos".
EVALUACIÓN DE RIESGO
Davis y sus colaboradores dedicaron años clasificando especímenes conservados y silvestres de todo el mundo, entre ellos los procedentes de bosques remotos de África, Madagascar y Mauricio. Necesitaron dos décadas para reunir suficiente información sobre la distribución de las especies silvestres y las amenazas a las que se enfrentan para evaluar el riesgo de extinción de cada una de ellas. El equipo también buscó cualquier rasgo potencialmente útil de las plantas, como la resistencia a las enfermedades, el contenido de cafeína y la tolerancia a la sequía.
Tras aplicar los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, los investigadores revelaron que el 60 por ciento de todas las especies de café sufren un alto riesgo de extinción. Las cifras, según Alan Andrade, científico de la Corporación de Investigación Agrícola de Brasil en Minas Gerais, son una advertencia para toda la comunidad cafetera. "Imagínese cuántos sabores y aromas quedan por descubrir», apunta. «Imagínese cuántos rasgos genéticos aún desconocidos podrían ser la solución para problemas futuros".
UNA PROTECCIÓN FRÁGIL
Alrededor del 72 por ciento de las especies de café, incluida la arábiga silvestre, crecen dentro de áreas protegidas. Pero muchos de estos lugares son considerados «parques de papel» con una aplicación laxa de las normas, explica Eimear Nic Lughadha, botánico de Kew y coautor del estudio. El estatus de área protegida no será suficiente para salvar a estas especies de la extinción, porque la deforestación y el cambio climático pueden socavar sus poblaciones.
Mantener la diversidad genética del café fuera de su hábitat natural constituye todo un reto. A diferencia de numerosos cultivos, las semillas de café no pueden almacenarse con los métodos habituales, los cuales mantienen las cosechas bajo condiciones de baja humedad y temperatura. Las técnicas más avanzadas, como conservar las semillas a temperaturas de congelación o el uso de sustancias para retardar el crecimiento de las plantas, son demasiado costosas para emplearlas en especies silvestres.
Las colecciones vivas que intentan salvaguardar las variedades de café silvestre en forma de bancos de semillas o de plantas sufren sus propias amenazas. La colección más completa de diversidad cafetera se halla en cuatro bancos de genes compuestos por árboles adultos. Pero estos lugares protegidos no cuentan con fondos suficientes, carecen de personal calificado o están amenazados por la deforestación y las plagas, según un informe de 2018 de Crop Trust, una organización en Bonn que trabaja para preservar la diversidad de los cultivos.
EL FUTURO DEL CAFÉ
Pero lugares como Etiopía, donde alrededor de una cuarta parte de la población depende de las actividades relacionadas con el café para su subsistencia, están explorando posibles soluciones a algunas de estas cuestiones. Entre ellas se contempla dividir los cafetales silvestres de arábiga en zonas conservadas y zonas donde se puede cultivar y producir café, miel y especias.
"El café es el principal producto agrícola de los países africanos que lo cultivan, y las comunidades locales y los Gobiernos tienen buenas razones para conservarlo", sostiene Tadesse Gole, ecólogo del Foro Forestal del Café, Medioambiente y Cambio de Addis Abeba, y coautor de un estudio que predice que las poblaciones silvestres de arábiga podrían reducirse a la mitad hacia el 2088 debido al cambio climático.
Pero la carga de la conservación de estas especies no debería recaer solo en las naciones africanas. Si el mundo entero se beneficia, comenta Davis, todos deberíamos contribuir."Si no fuera por esas plantas silvestres, no estaríamos tomando café», apunta Davis. «Y si dejamos de conservarlas ahora, las generaciones venideras tal vez no estén disfrutando del café como lo hacemos hoy".
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