viernes, 20 de septiembre de 2024

¿Exorcista o perenne domadora de musas? (+Video)

Ganadora del Premio Nacional de Danza 2013, Rosario Cárdenas ha creado un imaginario muy personal donde no existen deslindes entre la aplicación de las matemáticas y las utopías de su danzar...

Ada María Oramas Ezquerro en Exclusivo 09/04/2013
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Rosario Cardenas
Rosario Cárdenas, Premio Nacional de Danza 2013.

Una de las figuras de mayor relieve internacional en la danza contemporánea cubana, la primera bailarina, coreógrafa y profesora Rosario Cárdenas, directora de la compañía que lleva su nombre, ha sido proclamada Premio Nacional de la Danza 2013. Sus presentaciones en Europa y América han merecido ovaciones del público y elogios de la crítica.

Ha impartido talleres y clases magistrales en Cuba y el exterior. Recientemente viajó a Francia, donde actuó y expuso sus teorías sobre la danza combinatoria. En estos momentos está montando una gala en Pachuca, capital del Estado de Hidalgo en México, para las escuelas de ballet, en una puesta donde también estará presente la danza contemporánea. Retornará a Cuba en los primeros días de mayo, cuando recibirá el mencionado premio.

—¿Cuáles son las herramientas que aplicas a la creación con la compañía Rosario Cárdenas?

—Mi labor abarca la educación somática y la creación, y esos dos caminos se articulan, porque —de hecho— la pedagogía y la inspiración van juntos, en la medida que voy preparando a los bailarines, compartiendo esa simultaneidad, con el fin de contribuir al desarrollo de su personalidad.

“Esa preparación técnica va a la vez unida a la misión de ir extrayendo de su interior todo el potencial que puede tener el bailarín y, a la vez, esa imaginería mía, esos conceptos sobre el cuerpo, al entrelazarlos con la obra que estamos montando. Pero, ante todo, tengo en cuenta el cuerpo, los elementos componentes del movimiento, particularmente la regulación del tono muscular y el equilibrio”.

—¿Cómo defines los códigos que caracterizan a la compañía Rosario Cárdenas?

—He ido investigando, desarrollando el método de trabajo que apliqué al principio en la compañía, cuando se denominaba Danza Combinatoria y, al ir sistematizando, ampliando horizontes, enriqueciéndola, fue transformándose, hasta convertirse en un lenguaje diferente, con un apego a un estilo y por eso cambia el nombre, quedando la danza combinatoria como un medio de enseñanza y creación danzaria.

—¿Consideras que la labor desplegada por la compañía, al contribuir a materializar tus iniciativas y convertirlas en objetivos contribuyó a que te adjudicaran el Premio Nacional de Danza?

—Considero que la valoración de la compañía ha sido uno de los factores para entregarme este premio y me siento doblemente premiada.

“El premio me sorprendió por el hecho de que no estaba pendiente del premio ni del jurado de selección. En mi caso, como en el de la mayoría de los premiados o posibles aspirantes a esta distinción, no trabajamos por determinado estímulo, sino porque estamos motivados por lo que hacemos y nos sentimos felices, sin reparar en retos ni esfuerzos.

”He pasado una gran parte de mi vida investigando y he vivido momentos difíciles de incomprensión. Pero eso no me ha detenido para continuar investigando, probando y experimentando; hurgando y desarrollando mis inquietudes, Y eso ha contribuido a seguir multiplicando mis posibilidades, aunque haya encontrado incomprensiones frente a mi trabajo, pero también he recibido el aliento de quienes comprenden los objetivos y han sabido valorar a la agrupación y reconocerle los valores, alcanzados a costa de mucho esfuerzo y sacrificio.

”Es una estética que ha podido gustar a unos y a otros no, pero eso no ha implicado decepción ni en mí, ni en los bailarines, sino un impulso para continuar y seguir adelante”.

—¿Han emprendido otras vías para ampliar el horizonte del hecho dancístico como tal?

—He procurado encontrar la vía idónea para que mi trabajo se expanda a un lugar de la danza vinculado a la salud del bailarín y del ser humano en general. Por eso apoyo el proyecto de la biodanza y las meditaciones encaminadas a la preservación de la salud mental. En este sentido hemos explorados otras aristas del movimiento y hemos realizado talleres sobre el tema. Es un camino que conduce a la claridad de expandirse y adquirir una nueva dimensión conceptual y física.

—Quisiera conocer en detalle, ¿en qué consiste el espacio Punto fugaz que se efectúa mensualmente en el Centro Provincial de la Danza?

—Es un espacio que no va solo en la dirección de la danza, pues engloba otras manifestaciones y se vincula a la música, la videodanza. Bailamos junto a pintores para que exista lo interdisciplinario. El espectador contempla esta diversidad de expresiones artísticas y se siente involucrado. Lo interactivo y multireferencial deviene una concepción abarcadora con la finalidad de proyectar una visión más vasta sobre la cultura.

—Recientemente se estrenó el documental Tuya para siempre, de Pablo Massip. ¿Cómo valoras este material fílmico?

No solo posee una excelente calidad en cuanto a imágenes, sino respecto a su contenido, a su valor testimonial. Mi labor artística, en lo que podría definirse como historia de un ballet, relativo a María Vivant, de Virgilio Piñera. Es una de las obras más significativas de nuestro repertorio, que tomó como escenario a La Habana, con testimonios de destacados intelectuales cubanos. Y considero un honor que se haya estrenado como parte de la jornada conmemorativa por el aniversario 54 del ICAIC.

¿Algunos avances acerca de tu próximo estreno?

Pienso que podremos escenificarlo en la última semana de agosto y la primera de septiembre y llevará por título Un tributo al monte. Está inspirado en descripciones sobre el esplendor de los bosques del libro El monte, de Lidia Cabrera y la atmósfera sincrética que emana de esa obra. Será interpretada por los siete bailarines de la compañía e invitados de diferentes países, como México, Francia y Estados Unidos, entre otros.

—¿Cómo se inscribe la cubanía en el horizonte de tus creaciones?

—Vibra en mí, en todo lo que me rodea, en ese todo de nuestra cultura, porque está presente de una manera u otra, de modo tangible o intangible. No veo lo cubano encerrado en esquemas y me gusta abrirle la puerta a su conexión con el mundo a través de la danza. He trabajado con pintores, actores y poetas, y he intercambiado experiencias que no se acercaban a la danza, aunque ella es la base de mi espacio. Pero, de hecho, me enriquece su labor desde todo punto de vista.

—¿Por eso tu trabajo es tan integral?

—Creo que ahora se aprecia mejor esta interrelación, aunque no adquiera el carácter de influencia. Yo estoy en lo mío y respeto lo que hacen otros. Tomo lo que considero positivo y puede enriquecerme, aunque no adquiera el carácter de simbiosis, para lograr alcanzar niveles superiores en la comprensión del ser.

—¿Tu gran sueño?

—Que todos los seres humanos descubran su danza personal, con el fin de lograr la soñada armonía universal.


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Ada María Oramas Ezquerro

De larga trayectoria en el periodismo cultural. Premio de Oro, del Gran Teatro de La Habana y Miembro de la sección de la Asociación de Artistas Escénicas de la UNEAC


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