El festival de medio otoño chino es el segundo festival más importante de la cultura china y se celebra el día 15 del octavo mes lunar, lo que en ocasiones coincide con la luna llena a finales de septiembre o principios de octubre.
Esta festividad surgió en China hace alrededor de 3000 años, cuando el país aún se encontraba en tiempos feudales y en este día se agradecía a los dioses por las cosechas del periodo anterior. En la actualidad es una oportunidad para celebrar la unidad familiar. También se celebra en otros países de Asia, por ejemplo, en Corea se conoce como el “Chuseok” y en Japón es el “Tsukimi”.
Este día también es conocido como el Festival de la Luna, elemento que tiene muchos simbolismos en la cultura asiática por su forma redonda que significa unidad, armonía y lo que está completo. Dentro de la cultura asiática la luna también es muy importante y se asocia con la fertilidad, la prosperidad, los poderes divinos, el amor entre otros. En los distintos países de la región puede representar diferentes cosas casi siempre referenciando la conexión de los pueblos con su entorno natural y la espiritualidad, por eso es un elemento recurrente en mitos y leyendas de la región.
    
Como parte de estas festividades las personas se reúnen para cenar platillos tradicionales y admirar la luna. Entre una de las tradiciones más especiales se encuentra compartir un pastel de luna o “mooncake” con la familia. Este pastel de forma redonda es muy popular en diferentes países de Asia y puede tener rellenos dulces o salados que van desde chocolates hasta yemas de huevo y pasta de carne.
Encender linternas chinas, también conocidas como farolillos, significa la prosperidad y la buena fortuna para las personas, por lo que también es tradición iluminar los cielos con estas lámparas artesanales. A los niños les encanta esta parte de las actividades. En algunas partes del mundo, especialmente en los pueblos de China, aun se conserva la tradición de escribir deseos en los farolillos, luego encenderlos y elevarlos en el aire para que se cumplan.
    
Los chinos se han asentado por todo el mundo, y con ellos se han arraigado también algunas de sus tradiciones. Un ejemplo de esta migración es el Barrio Chino de La Habana, nexo directo entre las culturas china y cubana, emplazado en el municipio capitalino de Centro Habana. Este un espacio donde confluyen disímiles elementos de la cultura de la nación asiática y se ha convertido en el epicentro de muchas celebraciones, entre ellas, el Festival de Medio Otoño. Ceremonias del té, ferias en las plazas, presentaciones culturales con elementos de la cultura china y más son algunos de los ejemplos de actividades que se han desarrollado en este sitio a lo largo de los años para celebrar el Festival de Medio Otoño.
 
                        
 
                
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