lunes, 23 de septiembre de 2024

Todo comenzó en Teherán

El régimen de los ayatolas en Irán no es causa sino consecuencia del peor error político cometido por Estados Unidos en el Oriente Medio...

Jorge Gómez Barata en Exclusivo 18/06/2014
2 comentarios
El ayatollah Khameini
El ayatollah Khameini, actual Líder Supremo de Irán.

La ira fundamentalista islámica que dio lugar al auge del terrorismo, condujo al 11/S, engendró al Talibán y a Al-Qaeda, originó a las invasiones a Afganistán e Irak, al derrocamiento y ejecución de Saddam Hussein y Gaddafi, y ahora alimenta el debut de aberraciones como el llamado Estado islámico de Irak y el Levante (DAESH) y Boco Haram; comenzó en Teherán... pero no ahora.  

Los orígenes de la mayor emergencia islámica desde los tiempos de Saladino no datan de 1978, cuando el ayatola Ruhollah Jomeini derrocó al sha de Irán y proclamó la república islámica, sino de 25 años antes, en 1953, cuando la CIA conspiró para derrocar al gobierno nacionalista y democrático de Muhammad Mossadeg.

El régimen de los ayatolas en Irán no es causa sino consecuencia del peor error político cometido por Estados Unidos en el Oriente Medio, a lo que se sumó la insensata política de George W. Bush que, sin razones ni argumentos, no sólo invadió a Irak sino que destruyó la estructura política de aquel país, sus organizaciones de mantenimiento del orden, y los delicados equilibrios confesionales, obra completada por la administración de Obama en Libia y Siria. 

La reacción armada islámica contra occidente se generó como respuesta a las Cruzadas, expediciones militares realizadas a lo largo de 200 años con pretextos religiosos, y con las cuales, los papas y los monarcas europeos, trataron de someter y occidentalizar por la fuerza a los pueblos del Medio Oriente.

Con la derrota del imperio otomano (1914), la secularización de Turquía convertida en república laica bajo Kemal Atatürk, y la colonización del Medio Oriente por Inglaterra y Francia, que tuvo efectos semejantes; los pueblos del Levante avanzaron hacia la asimilación del laicismo, y comenzaron a disfrutar de sus ventajas, incluso bajo regímenes autoritarios, que eran avances, tanto respecto a los califatos como a la dominación colonial.

Esa transición que discurría por distintos caminos y con ritmos propios, era adecuada para la evolución de los pueblos del Oriente Medio, cuyo desarrollo institucional se retrasó. Respetar esos procesos y alentarlos, y contribuir con ellos por vía de la colaboración económica y los intercambios culturales, eran y son todavía una receta para la promoción del progreso político que conduce a la democracia.

Tiene razón el secretario norteamericano de estado, John Kerry cuando afirma que: “La democracia y la prosperidad están ligadas…”, aunque no la tienen los Estados Unidos cuando creen que con la guerra y las armas, la ocupación militar, la destrucción de estructuras estatales trabajosamente construidas, y equilibrios confesionales difícilmente logrados, se progresa o se avanza.

Dígase lo que digan los gobiernos autoritarios de Medio Oriente y África del Norte, aunque imperfectos, aceptablemente laicos y con leyes y estructuras democráticas en desarrollo, eran un camino más seguro, autóctono y viable para el progreso político que el desastre a que la política norteamericana, de Europa y la OTAN, han conducido.

Los hechos y las consecuencias están a la vista, lamentablemente las soluciones, no. Allá nos vemos.


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Jorge Gómez Barata

Profesor, investigador y periodista cubano, autor de numerosos estudios sobre EEUU. y especializado en temas de política internacional.

Se han publicado 2 comentarios


alianz
 18/6/14 12:48

Creo que no es del todo objetivo este artículo, pasa por alto las enseñanzas del Corán respecto a los diferentes credos y al llamado explícito que hace de matarlos donde quieran que estos estén. El islam tiene muchos radicales dentro de sus filas debido a que el Corán enseña la violencia y Mahoma la practicó durante años.

julio urdaneta.C
 18/6/14 10:17

La verdadera y o Real "Politique"

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