La creación en febrero de este año 2018 del llamado Grupo de Tarea de Internet para Cuba —o como han denominado otros halcones, el Task Force, siguiendo instrucciones del memorando presidencial de seguridad nacional del 16 de junio de 2017— se inscribe como un intento más de formular políticas en materia de tecnologías de las telecomunicaciones con la deliberada “intención de acercar el internet al ciudadano común de Cuba y a sus hogares”.
Se trata de un equipo de multiagencias y multidepartamentos que despliegan su arsenal para sostener, ahora desde las nuevas tecnologías de la información, la difusión de mentiras o verdades a medias sobre la realidad cubana. En síntesis, es más de lo mismo, lo que antes se difundía desde la emisión radiada de “La Voz de las Américas”, o las pretendidas emisiones de radio y TV Martí; ahora desde internet, con una indiscutible inmediatez y casi ilimitado alcance global.
Este selecto Comité, o “fuerza de tarea” en el argot militar, que se crea para un fin concreto, se reunió el 6 de diciembre con el marcado objetivo de trazar pautas para promover lo que ellos llaman “libre flujo de información sin restricciones” tanto hacia adentro como hacia el exterior del archipiélago.
El grupo operativo de tarea lo encabeza Dale Eppler, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental y otros funcionarios del Departamento de Estado, expertos de la Oficina de Transmisiones a Cuba (OCB), la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), la Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información del Departamento de Comercio, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Freedom House y el Consejo de la Industria de las Tecnologías de la Información (Information Technology Industry Council).
Una nota difundida la víspera de la reunión por el State Department señala que “el grupo deberá examinar los retos tecnológicos y las oportunidades para expandir el acceso a internet y a la prensa independiente”.
Esta indicación, plasmada en el citado memorando, es una evidente declaración de intromisión en los asuntos internos del país, al formular políticas y discursos que dictan cómo manejar el desarrollo de las nuevas tecnologías y los accesos a internet en Cuba.
Según trascendidos, que fueron publicados por El Nuevo Herald y difundidos por Radio Martí, en la citada reunión del Grupo de Trabajo de Internet para Cuba se trataron temas dirigidos a promover intercambios para el aprendizaje en las nuevas tecnologías de la información y el trabajo con las organizaciones no gubernamentales de la sociedad cubana para el adiestramiento en su uso y la evasión del control y la censura. Todas estas ideas pretendían un acercamiento con el gobierno cubano. Aun con el contenido intervencionista de este proyecto, los halcones del Task Force rechazaron la propuesta.
Estas perversas maniobras de penetración ideológica y subversión de la plataforma política del país no son nuevas para los cubanos.
Recordamos cómo en el pasado reciente, frases como “trabajar por la libertad de expresión” y “expandir el acceso a internet en Cuba” han sido utilizadas por Estados Unidos para enmascarar planes desestabilizadores con el uso de las nuevas tecnologías. Tal vez uno de los más recordados y conocidos proyectos subversivos fue en el 2014, el llamado ZunZuneo. Tenía la vana pretensión de crear una plataforma dirigida a la juventud, pero su propósito real era convertirla en promotora de acciones contra el orden interno.
Más recientemente, la pretendida acusación al gobierno de Cuba de producir ataques sónicos a diplomáticos estadounidenses acreditados en La Habana fue el pretexto para desatar un congelamiento de las relaciones entre ambos países. Las autoridades cubanas denunciaron en su momento la manipulación política de este asunto, que fue tergiversado para justificar una agenda de agresión impopular dentro de los propios Estados Unidos, que solo complace a un grupo minoritario en la Florida.
Ahora, una nueva maniobra, como el cierre de las operaciones de la oficina del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés), viene a formalizar lo que en la práctica era la casi total suspensión del trabajo consular de EE. UU. en la nación antillana.
Cuba, bloqueada y hostigada por las absurdas políticas de la actual Administración de EE. UU., anunciaba el propio día 6 (en que este Comité se reunía para trazar dictados imperiales), la decisión de facilitar los accesos a internet desde la plataforma de la telefonía celular del país.
Según información divulgada por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), en 2017 se activaron 600 000 nuevas líneas móviles, para un total de 4,5 millones de dispositivos en manos de la población.
A diario se produjeron 250 000 conexiones a través de más de 500 puntos de acceso público en todo el territorio, y Cuba fue el país de mayor crecimiento en dos categorías de conectividad digital, de acuerdo con el reporte Digital in 2017 Global Overview: presencia en redes sociales —con más de 2,7 millones de nuevos usuarios— y uso de móviles para acceder a las redes sociales —2,6 millones de nuevos usuarios.
Ciertamente, el país necesitaría cuantiosos recursos financieros y tecnológicos para modernizar, ampliar y consolidar su estructura de conectividad para internet, pero el esfuerzo que realiza es colosal y este hecho así lo demuestra.
Otras maniobras también recientes, como el arresto en Canadá de Wanzhou Meng, Directora de Finanzas del gigante de las Telecomunicaciones de China Huawei, no resulta un hecho solamente vinculado a la guerra comercial entre EE. UU. y China. Mucha es la “casualidad”, y la suspicacia de combatir al imperio por 60 años hace pensar que este hecho es un golpe a esta empresa que suministra equipamiento a Cuba y a otros países que no son del agrado de Estados Unidos y sus halcones.
Los planes de esta Task Force han quedado al desnudo, el objetivo de promover los sitios que ellos quieren sean independientes en el espectro de la Internet en Cuba es una nueva y fracasada maniobra.
La subversión a través de la web adquiere nuevos tintes, que pudieran parecer “nobles y solapados”, pero no es más que otro de los fallidos intentos por derrocar a la Revolución Cubana, utilizando el factor desmovilizador y desmotivador en la juventud, haciendo visibles en la red de redes las dificultades y carencias, y mostrando que la “baja conectividad” puede ser resuelta mediante estas intervenciones con programas de beneficio. Son los mismos objetivos con nuevos maquillajes.
Carlos Torres
4/1/19 4:06
Muy buen artículo. Históricamente se sabe que desde la génesis del imperio siempre ha existido la idea de que Cuba les pertenece, pero eso la dirección de la revolución lo tiene bien claro, así que confío siempre en que no caigamos jamas en el capitalismo salvaje. Y sobre los métodos de subversión al periodista se le olvido mencionar la Multi Plataforma Apretaste!! Creada y programada desde Miami, esa una vía de entrada que hasta hace poco estaba funcionando, así que ojo que por ahí se estaban colando, y realmente es impresionante el diseño de esa plataforma subversiva.
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