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domingo, 10 de noviembre de 2024

“El desenfado frente al micrófono no concuerda con lo chabacano”

El destacado profesional de la palabra Luis Ángel Alarcón Santana, una de las voces insignes de Radio Progreso y presidente de la Cátedra Nacional de Locución, conversa en exclusiva con Cubahora ...

Yoelvis Lázaro Moreno Fernández en Exclusivo 11/09/2013
6 comentarios
Festival Internacional de Radio y Televisión. 2013
"El locutor tiene que ser un modelo lingüístico a seguir" afirmó Luis Angel Alarcón Santana.
Su tono, aunque recio y vigoroso, no es un sonido de ultratumba, ni mucho menos un motivo de alarde viril o “retoriqueos” facilistas. Su voz es todo lo contrario; de ella emana una suerte de encantamiento al oído que penetra hasta provocar la atención y poner en guardia la agudeza del pensamiento. Y es ese, entre muchos, uno de sus mayores méritos al comunicar: el de armonizar el valor de una correcta pronunciación con un contenido vitaminado, propositivo y certero en las ideas, que pone al descubierto a un hombre de amplia cultura y caminos largos ya desandados en su gremio.
Luis Ángel Alarcón Santana, una de las voces insignes de Radio Progreso —emisora de la familia cubana— es el presidente de la Cátedra Nacional de Locución. Con acento reposado lo dice y lo asume, desde una modestia que parece congénita, este guajiro manzanillero, quien habla también orgulloso de sus inicios en el mundo de la radio, y de sus viajes hasta Bayamo para trabajar como locutor.
Ferviente apasionado por lo que hace, pero enemigo de los excesos; defensor del buen decir y de nuestra lengua materna, Alarcón Santana acumula una experiencia que le permite hablar con propiedad crítica y sentido bien argumentado en torno a la labor que por varias décadas ha desempeñado. Sobre cómo hablamos los cubanos y cuáles son las distinciones y los principales dislates de la locución actual en Cuba, conversa en exclusiva para Cubahora.
Profesor, hablemos en principio de algunos fenómenos o tendencias que nos caracterizan de modo general.
—Los cubanos siempre hemos tenido un sello distintivo en la pronunciación y la entonación, muy cotizado históricamente por los anunciantes, por ser un aparente tono neutro, al punto de que, en el ámbito ya más especializado, cuando un profesional de la palabra está trabajando se hace muy difícil reconocer el acento regional; no obstante, en la actualidad hay algunos que tratan de imitar acentos foráneos, sobretodo en espacios musicales y recreativos.
“La aspiración de la s es muy propio de nosotros al hablar, aunque ello se acentúe en algunas regiones del país, y hasta se omita con cierta regularidad en otras, como Guantánamo y Santiago de Cuba, donde suele escucharse con bastante frecuencia ‘eto’ en vez de ‘esto’. En Cuba son pocas las personas que dicen ‘instituto’ y que se logren identificar bien la n y la s, hay una tendencia a ensombrecer o elidir el segundo de estos fonemas.
“El término ‘aquí’ siempre ha sido muy cubano para aludir al lugar donde estamos. Sin embargo, hoy se cambia mucho por ‘acá’, al extremo de que resulta en ocasiones abusivo.
—Por esto último que explica, hay giros hoy no muy saludables para nuestra lengua…
—Sí, no son pocos los que se oyen. Por ejemplo, una expresión muy de moda ahora para la reafirmación de lo que está expresando el interlocutor es “ya”. Se utiliza en demasía, y por su carácter repetitivo y monótono llega muchas veces a ser de mal gusto. También es alarmante el empleo innecesario de la palabra “nada”, carente de sentido, sin referirse a antecedente alguno. Por ejemplo: “Nada, que nos hemos visto aquí esta tarde”; “pues, nada, vamos a ponernos de acuerdo”.Y en el peor de los casos: “¿Vas a ir el martes casa de Fulano?”, “No, para nada”.
“De manera general, a veces se nota descuido en la pronunciación, no hay dominio de algunos fonemas, se apagan los finales de muchas expresiones, se producen constantemente cambios vocálicos y consonánticos, sustituciones de e por i, o de l por r, y viceversa. Por ejemplo: ‘pasiar’ en vez de pasear; ‘invidia’ por ‘envidia’. Y pudiéramos seguir”.
—Ya en el ámbito profesional de la locución, ¿cómo usted ausculta el uso de la lengua en el ejercicio?
—En primer lugar, es destacable que existe un interés marcado por acercarse a lo que puede ser lo más correcto. Esa preocupación resalta dentro del gremio. Al menos en las visitas que uno hace a otros lugares del país, escucha a personas con intenciones de búsqueda orientadas hacia el modelo, hacia los paradigmas del buen decir. Lo que pasa es que en ocasiones, tratando de ser coloquiales, o lo que puede ser mejor, naturales, se entra en vulgaridades y se hacen concesiones de pronunciación.
“Que usted sea ameno y original no significa que necesite correr el riesgo de la incorrección. Una cosa no tiene que ver con la otra. El desenfado frente al micrófono no puede aceptar lo chabacano. No creo que haya que tocar extremos en ese sentido. El locutor tiene que ser un modelo lingüístico a seguir”.
—Solicito ahora su visión más crítica, desde el punto de vista técnico. Haciendo una rigurosa evaluación profesional, ¿qué considera que falta hoy en esta área de trabajo?
—Entre los locutores cubanos se hace necesario una aproximación mayor a la lengua, pero sobretodo, un respeto, un apego a lo cubano, a lo nuestro, a lo que ha sido tradición en nuestro país. Si surgen palabras nuevas es porque se generan nuevas ideas. Ahora bien, si en nuestro idioma existe el término para definir determinado fenómeno, no hay por qué importarlo de otra formación lingüística.
 “Hay que evitar los atropellos al hablar. Cuando se quiere lograr a toda costa ritmos rápidos, la articulación puede resultar deficiente y se afecta la dicción. Se dejan inconclusas algunas palabras y se ahogan los finales. Es lamentable que a veces se escuchen tantos dislates por los medios, cuando estos debieran ser espejos del buen decir.
“Creo que también se ha perdido el hábito de la lectura como una actividad imprescindible para nuestro desempeño. De los textos que se consulten, se revisen y se consuman depende, en buena medida, el acervo cultural del locutor. Sin eso es muy difícil que se improvise bien, pues no solo basta con tener buena voz y dicción.
 “Germán Pinelli se autodefinía con voz de pito globero. Sin embargo, esa voz tenía un respaldo que había que decirle a usted. Su cultura era inmensa; tenía una capacidad expresiva sorprendente para describir y apropiarse de disímiles situaciones, ya fueran luctuosas y tristes, o festivas, como resultaban las más habituales. Daba gusto verlo improvisar porque el dominio que poseía del español estaba lleno de herramientas valiosas.
“Es importante que el timbre del locutor sea audible. Pienso que hay que pensar en una voz agradable, que se proyecte de forma clara, limpia, que no presente ninguna dislalia funcional; pero eso necesita acompañarse también de conocimientos y aptitudes. ¡Cuánto nos alegran esos timbres que por su calidad uno se regodea escuchándolos, y que al mismo tiempo nos seducen por la inteligencia que se evidencia en lo que dicen!”.

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Yoelvis Lázaro Moreno Fernández

Joven periodista que disfruta el estudio del español como su lengua materna y se interesa por el mundo del periodismo digital y las nuevas tecnologías...

Se han publicado 6 comentarios


Amauris Domínguez Meriño
 16/9/13 13:30

¿Quieren una cátedra sobre el mal gusto? Siéntense el sábado un rato a ver 23 y M, o la infinidad de programas juveniles, cuando se entrevista a "algunos" no te queda más remedio de apagar la TV y dedicarte a otra cosa. Mis saludos.

Guyton
 12/9/13 14:49

El colmo de la chabacanería es Rodolfo García, además de su pobreza de ideas. Hay otros que pecan de incultura entre los comentaristas deportivos como Marcial y Campuzano, este último no sabe de nada y sus comentarios dan para un programa humorístico, al menos no son chabacanos como el primero.

armando
 12/9/13 8:53

Saludos: Estoy de acuerdo con el titulo de esta informacion. Que haya incorrecta expresion en alguno de nustros comunicadores no es algo de estos dias, es de hace mucho tiempo atras.Se ha confundido lo popular, lo criollo "con lo grosero,lo chabacano". Hay varios responsables; quienes hablan frente al microfono, quienes escriben,quienes dirigen a estas personas, que estan permeados " de modelos y maneras de pensar en extranjero" y se les olvida que los medios de difusion en CUBA son "PARA EDUCAR", NO PARA EMBRUTECER" con groserias , frases albalaes,etc,etc. Cada comunicador debe pensar que su prestigio y el de su emisora o medio de prensa esta en la informacion que transmite, que escribe, que planifique. Que se deje "de pensar en extrnjero" y se piense en cubano , como los comunicadores de años atras que son ejemplos de lo que se tiene que hacer.

Francisco cabrera López
 11/9/13 18:45

Asunto,11-Sep-2013,Ayer escuche una conversación donde un periodista le decía a otro compañero...recuerda que el periodismo es un arte... Ahora me pregunto que sucede que nada se comenta sobre la alta contaminación de la bahía de Guantánamo, con la aparición de muchos peces arribando a la orilla muertos y vivos y el agua altamente turbia, nada se comenta de eso en los medios, no le parece que eso se debía tocar para accionar no para criticar pues es algo muy peligroso para la vida humana, el ecosistema y el medio ambiente y para conocer también los culpables y las acciones que se deben acometer. No tengo experiencia en el "arte" del periodismo por lo que solicito que alguien me ayude en una respuesta sobre este tema. Saludos, Paco.

Magel
 11/9/13 10:56

...sería oportuno que a la luz de los cambios actuales el ICRT tuviera en cuenta los criterios de este locutor, que ha sentado pautas en la especialidad. Tenemos muy buenos profesionales que ya no están tan jóvenes y que quizá pudieran contribuir con su aporte a mejorar la situación actual que en este artículo se aborda, pues tanto la radio como la TV tienen un papel protagónico en la formación del buen decir.

Lourdes
 11/9/13 9:06

Todo eso es verdad, tambien algunos locutores al hablar respiran por la boca, otros no dejan hablar al que estan entrevistando, y eso sucede tanto en la radio como en la televisión

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