La caspa es descamación de la dermis del cuero cabelludo conocida también como pitiriasis. Afecta en torno a un 50% de la población adulta en el mundo. Quien desee eliminarla y lucir un pelo y unos hombros limpios y pulcros, la alimentación juega un importante papel en su eliminación. Normalmente aparece cuando se produce un acortamiento del proceso de renovación celular como consecuencia de la existencia de piel muerta en esa zona. En caso de que haya un exceso de células muertas, se producirá la pitiriasis.
Otros factores influyentes son el clima de la zona donde se viva, el grado de contaminación y algunas enfermedades como la psoriasis o el Párkinson. También puede estar relacionada con la producción hormonal, pues es más habitual en hombres y mujeres menores de 30 años de edad. Aunque no afecta a la salud, es una situación muy molesta pues genera una fuerte picazón del cuero cabelludo y pequeñas descamaciones que son visibles a todos. También puede ocasionar otros síntomas como parches de grasa a ese nivel y cosquilleo en la piel. Las causas subyacentes de la caspa incluyen piel seca, dermatitis seborreica, sensibilidad a los productos para el cabello y crecimiento de un tipo específico de hongo que vive en el cuero cabelludo.
El estrés juega su papel
También se considera que como el estrés que afecta muchos aspectos de la salud y el bienestar y puede influir en todo, incluye condiciones crónicas como la caspa hasta la salud mental. Aunque el estrés en sí no causa la caspa, puede agravar los síntomas como la resequedad y la picazón. Además, mantener altos niveles de estrés por períodos prolongados puede suprimir la actividad del sistema inmunitario y una vez debilitado puede reducir la capacidad del cuerpo de contrarrestar algunas de las infecciones fúngicas y condiciones de la piel que contribuyen a la caspa. Es importante, además, aprender a relajarnos y combatir los períodos de estrés y ansiedad con la técnica que a cada uno le vaya mejor, pues la mayoría de enfermedades de la piel están relacionadas con trastornos emocionales.
De hecho, un estudio de 82 personas con dermatitis seborreica, una de las causas más comunes de la caspa, demostró que la mayoría de los episodios de dermatitis eran precedidos por un evento estresante en la vida. Para mantener los niveles de estrés bajo control, prueba algunas técnicas para reducir el estrés, como la meditación, yoga, respiración profunda o aromaterapia o asiste con un especialista. Como el estrés puede debilitar el sistema inmunitario y disminuir la capacidad del cuerpo de contrarrestar las infecciones que causan la caspa, con frecuencia, el estrés también precede episodios de dermatitis seborreica, una de las causas más comunes de la caspa.
Factores que ayudan contra la caspa
Además de la alimentación, es importante tener en cuenta otros factores a la hora de combatir la incómoda caspa. Exponer el cuero cabelludo a los rayos solares por tiempo suficiente nos ayudará a mantener su Ph, además de evitar cualquier producto corrosivo para el cabello, como lociones, lacas, gominas, espumas, etc. Tampoco se recomienda lavarlo en exceso, pero mucho menos no lavarlo; se trata de lavarlo justo lo necesario.
Alimentos para combatir la caspa
Los ácidos grasos omega 3 juegan un papel importante en el cuerpo. No solo forman las membranas de las células que rodean las células, sino que también son determinantes en la función del corazón, el sistema inmunitario y los pulmones. Los ácidos grasos omega 3 también son vitales para la salud de la piel. Estos ayudan a controlar la producción de aceite y la hidratación, promueven la curación de heridas y evitan el envejecimiento prematuro. Una deficiencia en los ácidos grasos omega 3 puede causar una variedad de síntomas, incluso cabello reseco, piel reseca y hasta caspa. También pueden reducir la inflamación, que puede ayudar a aliviar la irritación y los síntomas de la caspa. Los ácidos grasos omega 3 son importantes para la salud de la piel y pueden ayudar a reducir la inflamación.
La deficiencia puede ocasionar piel reseca, cabello reseco y caspa. Los pescados grasos como la sardina son excelentes fuentes de ácidos grasos omega 3. Gracias a su aporte de ácidos grasos Omega-3, el pescado y los mariscos son alimentos necesarios en nuestra dieta. Además de ayudar a nuestro organismo a tener más energía, este nutriente mejora las funciones del corazón, vasos sanguíneos, pulmones, sistema inmunitario, sistema endocrino y la piel. El huevo es un alimento rico en zinc. Este mineral ayuda a controlar la producción de grasa en el cuero cabelludo; y esto es importante porque la grasa natural de la piel y el cabello alimenta al hongo Pityrosporum, responsable de la descamación. Además de darle sabor a nuestra cocina, el ajo y la cebolla tienen excelentes propiedades antimicóticas. Esto significa que evitan el crecimiento de algunos tipos de hongos.
Carnes magras como la carne de pollo ofrecen un gran aporta de vitaminas del grupo B. Dichas vitaminas, sobre todo la B6 y la B12, ayudan a metabolizar los hidratos de carbono y los ácidos grasos, lo cual contribuye a una mejor salud de la piel y el cuero cabelludo. Otro punto a favor de este tipo de alimentos, es que el consumo de la vitamina B6, también conocida como piridoxina, es un buen apoyo para controlar los antojos dulces y la ansiedad por consumir azúcar.
El aguacate es un alimento muy nutritivo y bueno para la salud. Aporta 20 vitaminas, incluyendo C, E, K y B6, minerales como magnesio y potasio, además de omega-3 y grasas saludables. Sus propiedades ayudan a mantener la piel hidratada y un cabello hermoso. Los garbanzos son excelente fuente de vitamina B6 y zinc, nutrientes que ayudan a mantener fuertes tanto el sistema inmunológico como el hormonal, lo cual es fundamental para combatir la caspa. Para regenerar el cuero cabelludo el cuerpo necesita colágeno, para el cual es fundamental la vitamina C. Las frutas cítricas son ricas en vitamina C, pero mucha más contienen los pimientos rojos, el brócoli o las coles, entre otras frutas y verduras.
Alimentos que favorecen la caspa
Un factor muy importante al relacionar la caspa con la alimentación es el consumo de azúcar. Al parecer, la alta acidez del azúcar y sus cualidades pro-inflamatorias están relacionadas en muchos casos con la aparición de la caspa.
Porque, aunque en la caspa hay un microorganismo presente, es también un problema inflamatorio en el cuerpo cabelludo. Por eso, una dieta rica en antioxidantes y baja en azúcares y otros agentes inflamatorios como el alcohol, puede ayudar a controlar la caspa. Los cambios en los niveles de insulina también conducen a un aumento de la caspa, por lo que los diabéticos, sobre todo lo que no están bien compensados, y aquellos con resistencia a la insulina suelen tener mayores probabilidades de caspa.
Por eso, es importante reducir o eliminar el consumo de azúcares, carbohidratos simples, alimentos procesados y ultraprocesados y grasas saturadas y trans, pues eso ayuda tener mejores niveles de insulina, mejor control de las glicemias y, en consecuencia, a evitar la caspa. También se deben eliminar alimentos grasientos como mantequilla, margarina, galletas, embutidos y alimentos ricos en grasas pues irritan la piel y provocan la picazón y la descamación.
Algunas recetas apropiadas contra la caspa
Puré de papa y calabaza con ajo
Ingredientes:
- 1 ½ litros de agua.
- 4 papas medianas peladas.
-100 gms de calabaza
- 3 cucharadas de aceite de la mejor calidad posible.
- 4 dientes de ajo machacados y picados finamente.
- Pizca de sal, opcional.
- Pimienta blanca y nuez moscada al gusto.
Preparación:
- Colocar el agua y la sal en una cacerola y dejar hervir.
- Agregar las papas y la calabaza y cocinar por 30 minutos o hasta cocinarlas totalmente.
- Sacar las papas y la calabaza del agua y aún calientes, aplastarlas con un tenedor hasta conseguir un puré fino.
- Calentar una cacerola, añadir el aceite y freír en ella los ajos hasta dorarse.
- Añadir el puré y cocinar por 5 minutos más.
- Sazonar con el resto de los ingredientes.
- Servir caliente y acompañar con alguna saludable carne de su preferencia.
Garbanzos con pollo
Ingredientes:
-500 gr. de garbanzos hervidos
-500 ml. de Caldo Casero de Pollo 100% Natural
-200 gr. de masas de pollo deshuesado, ala o muslo
-100 gr. de cebolla blanca
-80 gr. de pimiento verde
-2 dientes de ajo
-50 gr. de pimiento rojo
-40 ml. de aceite de la mejor calidad posible
-200 gr. de tomate
-1 cucharadita de pimentón dulce
-Hojas de espinacas frescas
Preparación:
-Para empezar a preparar estos garbanzos con pollo, nos ponemos a preparar los ingredientes que vamos a añadir a la elaboración. Primero, limpiamos el pimiento rojo y el verde bajo el chorro de agua fría. Quitamos el tallo y las semillas, haciendo un corte seco alrededor del tallo hacia dentro, así podremos retirar toda la tapa sin dispersar las semillas por dentro del pimiento. Ahora que ya tenemos los pimientos limpios y sin semillas, lo cortamos a lo largo en cuatro trozos, primero por la mitad y luego cortamos en mitades otra vez, en este punto podemos empezar a cortar las tiras, y esas las juntamos para cortar los cuadraditos
-Picamos también la cebolla blanca cortando ambas puntas primero, ¡recuerda retirar la parte verde! Luego la cortamos por la mitad y retiramos la capa exterior, la que ha estado en contacto con el exterior. Ponemos cada mitad plana encima de la tabla y cortamos toda la cebolla de arriba a abajo y luego de izquierda a derecha, así conseguiremos los cuadraditos de cebolla.
-Pelamos el tomate y lo cortamos en cuadraditos también. Para ello, cortamos ambas puntas del tomate, lo cortamos por la mitad y ponemos cada mitad plana encima de nuestra mesa de corte. En esta posición, cortamos en tiras longitudinales cada mitad, y luego en tiras perpendiculares, así conseguiremos los cuadraditos de tomate.
-Cortar el pollo deshuesado en trocitos no muy grandes y reservarlo para dorarlo mientras calientas una cazuela con un poquito de aceite.
-Dorar el pollo en la cazuela sin llegar a cocinarlo completamente, lo suficiente para crear una capa doradita en el exterior de la carne y cocer ligeramente el interior. Así aseguramos que la carne del pollo no estará cruda y retendremos los jugos en el interior de la carne para evitar que se seque durante el proceso.
-En la misma cazuela sofríe la cebolla durante 10 minutos, hasta que tome un color ligeramente transparente. Añade los pimientos y para acabar, añade los ajos enteros.
-Cuando las verduras empiecen a tomar color añade el tomate y cocina todo a fuego vivo unos minutos. Añade los garbanzos y el pimentón y mezcla bien para que se integre. Añade otra vez el pollo, mezcla con el resto de ingredientes y cubre todo con el caldo.
-Deja hervir unos minutos antes de añadir las espinacas y cocina hasta que la carne y las espinacas estén al punto.
Si prefieres el guiso más o menos caldoso, elige la cantidad de caldo que añades según el punto que deseas.
Huevos duros rellenos de croquetas de papa
Ingredientes:
-7 huevos hervidos
-1 papa mediana
-50 g de pan molido
2 huevos
-1 zanahoria chica
-2 cdas. de aceite de la mejor calidad posible
-Sal y pimienta, al gusto
Preparación:
-Corta cinco huevos hervidos a la mitad, encaja un cuchillo formando un zigzag hasta que lo rodees completamente. Con cuidado quita la yema y reserva.
-En una olla con agua hirviendo, sumerge la papa pelada y cortada en cuadritos con media cucharadita de sal y déjala cocinar por 10 minutos hasta que esté suave. Escurre la papa y aplástala con un tenedor.
-En un tazón agrega la papa, las yemas de huevo desmoronadas, el pan molido, dos huevos, sal y pimienta. Mezcla y forma bolitas del tamaño de la yema ya hervida
-Colócalas en una sartén con aceite caliente y fríelas muy bien.
-Coloca en el centro de cada clara hervida una croqueta de papa, decora con rodajas de zanahoria para formar los picos y dos pimientas negras
Guacamole fresco
El guacamole es una salsa que se prepara con aguacate. La receta de guacamole más tradicional se elabora con aguacate, limón, tomate y chile, aunque a partir de esta receta base podemos encontrar deliciosos guacamoles.
Ingredientes:
-2 aguacates maduros
-30g cebolla blanca
-50g tomate
-1/4 pimiento verde
-1/2 limón
-Cilantro fresco
-Pizca de sal, opcional
Preparación:
-Troceamos la cebolla en trocitos pequeños, hacemos lo mismo con el tomate y el pimiento verde, reservamos.
-Picamos el cilantro en trocitos pequeños sin abusar de este condimento, aproximadamente 1/2 cucharadita una vez esté picado.
-Partimos el limón por la mitad para utilizar el jugo de la mitad
-Pelamos los aguacates, retiramos la semilla conservándola, disponemos los aguacates en un plato y con un tenedor aplastamos bien.
-Añadimos un poquito del jugo de la limón, más o menos 1 cucharadita pequeña
-Incorporamos el tomate picado, el pimiento picado, la cebolla picada, el cilantro picado y una pizca de sal
-Mezclamos todo bien, probamos y si le falta un poquito más de sal, sazonamos al gusto.
Una vez estén bien mezclados todos los ingredientes, podéis servirlo.
-Si se desea conservar en el refrigerador el guacamole por unas horas, se recomienda dejar en el medio del guacamole la semilla del aguacate, para que se conserve mejor
Otro truco para que se conserve mejor en el refrigerador es rociarlo con jugo de limón y cúbrelo con papel film. El papel film tiene que estar en contacto con el guacamole.
Se deben utilizar aguacates maduros, serán más fáciles de aplastar y tendrán un mejor sabor.
Sardinas al ajillo
Ingredientes:
-1/2 kg sardinas no muy grandes,
-8 dientes de ajo
-Pimienta al gusto
-Aceite vegetal de la mejor calidad posible
-Vinagre al gusto
-Perejil picado
-Pizca de sal, opcional
Preparación:
-Limpiamos las sardinas. Con unas tijeras o con las propias manos, retiramos la cabeza, abrimos la tripa y retiramos las vísceras. Retiramos también las escamas si las tuviesen. Sumergimos las sardinas limpias en agua con hielo para que se terminen de limpiar y se desangren. Una vez se hayan desangrado, las escurrimos y las secamos en papel absorbente.
- Freímos el ajo y lo retiramos de la cazuela
-Añadimos una buena cantidad de aceite a una sartén y la ponemos al fuego con un poquito de pimienta
-Quitamos la cáscara de los ajos y los cortamos a la mitad. Los laminamos cortándolos muy finamente.
-Una vez el aceite haya cogido temperatura, añadimos todo el ajo laminado y lo rehogamos en él. Freímos el ajo hasta que este esté cocinado y ligeramente dorado y crujiente, pero teniendo cuidado de que no se nos tueste demasiado ya que terminaría amargando.
-Una vez frito el ajo, lo colamos para que se deje de cocinar y para separar el aceite del ajo.
-Limpiamos la sartén y la secamos. Con la sartén ya limpia, vamos disponiendo todas las sardinas, una junta a otra y del centro hacia afuera, de modo que una tras otra terminen cubriendo toda la circunferencia de la sartén.
-Mejor coloquen la parte superior hacia el centro y las colas hacia los costados de la sartén. Así la parte más gruesa y que necesita más cocción, que es la de la cabeza, será la que reciba más calor directo del fuego.
-Salamos las sardinas con un poquito de sal, ya perfectamente colocadas.
-Volvemos añadir el aceite sobre las sardinas y terminamos el refrito
-Cogemos el aceite en el que hemos frito el ajo y que hemos filtrado anteriormente y lo volcamos sobre las sardinas. Llevamos la sartén a fuego alto, para que el aceite coja temperatura y empiece a cocinar las sardinas lo más rápidamente posible.
-Cuando el aceite empiece a freír las sardinas, añadimos un chorro al gusto de vinagre, reincorporamos el ajo laminado frito y apagamos el fuego
-Terminamos de cocinar las sardinas con el calor residual y las servimos cuando estén en el punto de cocción deseado
-Espolvoreamos con una buena cantidad de perejil picado y tapamos la sartén con una tapa, para que el pescado se termine de cocinar con el calor residual junto con el aceite, la pimienta, el vinagre y el perejil
-Esto último es posible cuando cocinamos sardinas de pequeño tamaño, que en un par de minutos están cocinadas y pueden hacerse con el calor residual de modo que queden sonrosadas y jugosas y tremendamente sabrosas. Si se utilizan sardinas más grandes, deberán cocinarse brevemente antes de apagar el fuego
-Destapamos para comprobar el punto de cocción de las sardinas
Servimos las sardinas, colocando el ajo laminado y frito sobre ellas y bañándolas con una pequeña cantidad del aceite donde las hemos cocinado, que contará con todo el sabor del ajo, la pimienta, el vinagre y el jugo que habrán soltado las propias sardinas al cocinarse tan lentamente
-Estas sardinas al ajillo pueden comerse así tal cual, aunque quizá lo mejor sea acompañarlas de una rica ensalada de lechuga tomate y cebolla
-Como hemos añadido una buena cantidad de aceite para preparar esta receta y seguro que les sobra, ni se les ocurra tirarlo porque es oro puro. Este aceite con todo el sabor del ajo y de las sardinas es buenísimo para cocinar o aderezar muchos platos de pescado, o incluso para aliñar una ensalada que hemos preparado como guarnición de otro pescado o para la misma ensalada con que vamos a guarnecer estas sardinas al ajillo.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.