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jueves, 18 de septiembre de 2025

Los narcos del Norte, la verdadera amenaza 

Las distintas administraciones de la Casa Blanca han integrado el narcotráfico no solo a la cotidianidad social, sino también a la economía  

Laura Mercedes Giraldez Collera en Exclusivo 17/09/2025
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Los narcos del Norte, la verdadera amenaza
Los narcos del Norte, la verdadera amenaza (Prensa Latina)

Al cierre de 2024, la principal causa de fallecimiento en personas de 18 a 44 años, en Estados Unidos, era la sobredosis por el consumo de drogas. En ese año, el país reportó alrededor de 80 mil muertes por tal motivo. Y aunque la cifra representa una disminución de casi un 27 % respecto a las 110 mil de 2023, deja al descubierto el doble rasero de la moral de Washington, al “preocuparse” por “combatir” el narcotráfico en el Caribe.  

Esos números, dados a conocer por el Sistema Nacional de Estadísticas Vitales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en EE. UU., en mayo pasado, son la evidencia irrefutable de que la crisis de opioides, declarada por Donald Trump en 2017 como emergencia de salud pública, no ha llegado a su fin. Sobre todo, cuando la sobreprescripción -principalmente de analgésicos- es un mecanismo de la industria farmacéutica para aumentar las ganancias, dejando de lado la salud de la población.  

Al mismo tiempo, luego de que la marihuana fuese legalizada en varios estados, se creó un mercado negro que se encarga de mover la lícita hacia los lugares donde no lo es. Tal fenómeno, de acuerdo con J. Jesús Esquivel, en el libro Los narcos gringos, provocó, a su vez, que los cárteles mexicanos que actúan dentro de la nación norteña, centrasen sus acciones en drogas como el fentanilo, más peligrosa y mortal.

En medio de ese escenario, el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas presentó datos que demuestran la ineficacia de las políticas antidrogas, pues, según dijo, más de la mitad de los estadounidenses de 12 años o más, ha consumido sustancias ilícitas, al menos, una vez.  

A la par, la actual Administración ha permitido que figuras de la élite trumpista financien y articulen -con toda impunidad- redes de tráfico que, a su vez, traen aparejados otros problemas, como la militarización y la violencia. Todo ello mientras «engordan» la economía estadounidense a través del narcotráfico.

Por solo citar un ejemplo, recordemos que en su mandato anterior, Trump nombró secretario de Asuntos de Veteranos a su médico personal, Ronny Jackson, quien era llamado Candy Man por su descontrol en la distribución de estimulantes y ansiolíticos dentro de la propia Casa Blanca.  

Por otra parte, en este nuevo periodo presidencial tomó medidas, junto al secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., que recortaron la financiación de programas de tratamiento e investigación de adicciones. Esos montos serían destinados, supuestamente, a recuperar la salud de EE. UU.   

La verdadera amenaza para América Latina y el mundo, de manera general, es el narcotráfico amparado por las distintas administraciones de la Casa Blanca, que lo han integrado no solo a la cotidianidad social, sino también a la economía.  

Mientras sostiene públicamente la fachada de la seguridad nacional como excusa para una escalada bélica contra Venezuela, Washington forma parte de los ciclos económicos que fortalecen y se benefician de la industria de la droga. Estados Unidos tiene incorporado el lavado de dinero y la distribución a pequeña y gran escala.    

De esa manera, grandes bancos, como HSBC, Wachovia, JP Morgan y Citigroup, fueron responsables del lavado de sumas millonarias y, lejos de enfrentar cargos penales, el Gobierno determinó que solo se tomarían acuerdos de prosecución diferida y multas simbólicas.

Solo haciendo un análisis a lo intrínseco de la sociedad estadounidense resulta evidente que, al perder la batalla contra las drogas en su propio territorio, queda al descubierto que se trata de una hipocresía gubernamental institucionalizada, que legaliza un mercado interno, posibilita la adicción y, lejos de controlar la crisis, la agudiza. Pareciera que en la Casa Blanca ven mucho la paja en el ojo ajeno… Y la suya, aprendieron a camuflarla.    

Contradicciones, complicidad, crimen y mucha droga componen el establishment del verdadero narcoestado, allí donde el consumo de sustancias ilícitas es el más alto del mundo.


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Laura Mercedes Giraldez Collera

Periodista


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